ESPAÑA Y ALEMANIA: LOS PROBLEMAS CAUSADOS POR LAS ENERGÍAS SOLAR Y EÓLICA

Escribe Carlos Andrés Ortíz, Investigador de temas económicos y geopolíticos
viernes 28 enero 2011
Es muy común que se alaben desmesuradamente los crecimientos de las energías solar y eólica en España, en Alemania y en otros países. Lo que se publica muy poco –y en caracteres muy chicos- son los diversos problemas que soportan esos países, por ceder a las usualmente nada inocentes presiones de las grandes transnacionales de la ecología, que insisten en proclamar –muy exageradamente- las supuestas “bondades” de esas fuentes de generación.

Por supuesto que usualmente se soslayan los evidentes intereses asociados a esas ONGs, las que en rigor son organismos de presión política manipulados por los entes que buscan imponer la llamada “globalización salvaje”, tal lo dictado por el Club de Roma (1); eso amén de la muy sospechosa insistencia en presentar como grandes panaceas a dos fuentes de energía cargadas de limitaciones técnicas, y básicamente solo competitivas en base a fuertes subsidios directos o encubiertos; subsidios que indirectamente terminan pagando todos los consumidores.

Para ubicar el contexto, ambos países tomados como “casos testigos”, tienen ya en uso todos sus respectivos potenciales hidroeléctricos. Por ello, es obvio que todo incremento de la demanda –que ocurre año a año, aún en épocas de crisis- no podrá suplirse con energía hidroeléctrica. Queda en claro que es por eso –y no por la falsedad difundida por esos mismos grupos pseudo ecologistas, que con cinismo suelen repetir que “no se usan por ser tecnologías antiguas y superadas-, es por falta de capacidad potencial adicional, que España, Alemania y otros países del llamado “primer mundo” no pueden incrementar sus parques de generación hidroeléctrica.

Las presiones de “los verdes” hicieron abortar los respectivos planes nucleares, los que en Alemania eran muy importantes.

Sin potencial hidroeléctrico por explotar, cancelada absurdamente la opción nuclear, sin petróleo y sin gas en el subsuelo, las opciones reales de fuentes propias de generación se les cerraron abruptamente a ambos países.

En los dos hubo intensas presiones de los respectivos “partidos verdes” y de las ruidosas y poco coherentes grandes ONGs ”ambientalistas”, en base a cuyas presiones (léase patoteos lisos y llanos) se impusieron fuertes programas de subsidios, para aumentar significativamente –en porcentajes- las generaciones eólica y solar.

Es sabido que en épocas de bonanza económica (en años “de vacas gordas”), suele prestarse poca atención a determinados subsidios, impuestos por razones políticas. Pero ahora la crisis económica golpea muy fuerte a España, por lo que están obligados a recortar subsidios para limitar el déficit fiscal. En España la energía solar cubre tan solo el 2 % (dos por ciento) de la demanda total, pero en 2009 recibió subsidios por 2.330 millones de euros, e incluso se destaparon casos de facturaciones falsas, al detectarse “generación solar” producida en horas de la noche. (2)

El total de los subsidios españoles a la energía eléctrica alcanzó en 2009 a 6.600 millones de euros. Descontados los 2.330 millones de euros de primas (subsidios) a la solar; la mayor parte del saldo de 4.270 millones de euros se gastó en subsidiar a las eólicas. (2)

Alemania tiene una hasta ahora sólida economía, y por ende fuertes espaldas para soportar la sangría de los importantes subsidios que también allí insumen éstas dos poco competitivas fuentes de generación eléctrica.

Además de los concretos problemas económicos que en ambas economías provocan las energías eólica y solar, se le suman los inconvenientes derivados de las limitaciones técnicas insalvables de dichas fuentes eléctricas, que están muy lejos de ser las “grandes soluciones” predicadas por los intereses creados y los ecologistas asociados a ellos. (3)

No sirven de generación de base, pues no se pueden regular ni “almacenar” los vientos ni el sol, como si se hace con el agua de las hidroeléctricas, los combustibles nucleares y los hidrocarburos. (3)

La solar incide muy poco en la provisión de energía, pues sus rendimientos son muy escasos, y por lógica solo limitados a las pocas horas diarias de sol, y en ellas con mengua sensible de generación al amanecer y al anochecer. La energía solar es cara, pero sus limitaciones técnicas se disimulan por la poca importancia que tiene en el total de las respectivas matrices eléctricas. (3)

La eólica alcanzó en España un porcentaje relativamente significativo del total, pero entonces afloran sus problemas técnicos de variaciones de tensión, de voltaje y demás, para regular los cuales la red de la UE tiene limitaciones, dada la peninsularidad hispana, lo que reduce los puntos de interconexión casi exclusivamente al norte limítrofe con Francia. Casi de urgencia, España debe incrementar su Potencia Instalada en usinas a gas, para sostener el funcionamiento eólico…todo un contrasentido de esa falsa “ecología”.

Alemania puede soportar bien hasta ahora su red de eólicas, no solo por su fuerte parque de generación propio, sino por limitar con varios países exportadores de energía, que estabilizan su sistema eliminando los saltos de tensión, de frecuencia y demás indicadores técnicos alterados por las eólicas.

Pero dejar a un lado su plan nuclear, le costó muy caro a Alemania, y sus supuestos “beneficios ambientales” a consecuencia de repudiar la energía nuclear, son muy discutibles, cuando no directamente medibles…como perjuicios.

Parte de la energía nuclear que Alemania se privó de generar, la recibe de las centrales nucleares francesas, de las térmicas de Dinamarca, de las hidroeléctricas de Suiza, etc.

Además firmó un acuerdo especial para recibir gas de Rusia, por medio de un costoso gasoducto construido en el helado y tormentoso Mar Báltico. Se construyó allí –mucho más caro- para evitar pasar por Polonia y depender del peaje y condicionamientos políticos que puedan surgir.
Esas falsas “grandes soluciones energéticas” y otras de similares calibres, son las que propugnan fomentar los grupos ultraecologistas en Argentina, unidos a variopintos “políticos junta-votos” neoliberales y afines; pero en realidad, ante las profundas limitaciones técnicas de las eólicas, solares y demás, en realidad trabajan solapadamente para facilitar la instalación de más usinas termoeléctricas, que quemen valiosos recursos no renovables (petróleo y gas), haciéndoles el juego a los muy poderosos intereses vinculados con la termoelectricidad.

Las hidroeléctricas y nucleares son los únicos tipos de usinas que pueden reemplazar –además muy ventajosamente- a las usinas que queman hidrocarburos, caros y muy contaminantes. Esos –los de las mega petroleras anglosajonas y los fabricantes e importadores de usinas convencionales, más todos los negocios vinculados (fletes de combustibles, repuestos, asesores, etc.)- son los verdaderos intereses que dictan letra a los terroristas de la ecología, los cultores del subdesarrollo crónico.

(1) Mario Rapoport – Noemí Brenta: Las Crisis del Capitalismo Contemporáneo = Naomí Klein: La Doctrina del Shock = Naomí Klein: No Logo = Viviane Forrester: El Horror Económico = Walter Graziano: Nadie vio Matrix = Adrián Salbuchi: Bienvenidos a la Jungla = Juan Sanahuja: El Desarrollo Sustentable = Francisco Bosch: El Nuevo Orden Mundial ¿Camino sin Retorno?
(2) Fundación Argentina de Ecología Científica – 04/2010 = El Periódico de Extremadura – 25/01/2011.

(3) Federación Argentina de Ingeniería Especializada – Ings. D. Beltramo – E. Soracco. Otras fuentes diversas.

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