PARÓN EOLICO EN EL PAÍS VASCO

El Diario del Norte 15 de febrero de 2014

La eólica, una energía parada desde hace 10 años

El último parque eólico de Euskadi se abrió en 2005 y la contestación social primero y la interrupción de las subvenciones públicas desde 2012 han frenado su avance.

"En eólica, no se va a hacer nada en Euskadi ni en España por lo menos en los próximos cinco años", asegura un experto energético.

El Gobierno vasco mantiene todavía su plan de cuadruplicar la energía generada por el viento.

Alberto Uriona - Bilbao 15/02/2014 - 21:43h

El desarrollo de la energía eólica lleva parado en Euskadi casi diez años: desde que se inauguró el último parque, el de Badaia en Álava. Y el plan de energías renovables del Gobierno vasco no se ha cumplido ni en un 25% de lo previsto: ahora hay cuatro parques y un miniparque (los que tienen menos de 10 megawatios) con una potencia instalada 153 megawatios, que suministra energía a cerca de 300.000 personas al año; la intención era que en 2010, hace ya cuatro años, se llegara a una quincena de parques y una decena de miniparques, con los que se alcanzaría una potencia de 624 megawatios.

El rechazo en 2006 del departamento de Medio Ambiente a lo que iba a ser entonces el quinto parque eólico, en la sierra vizcaína de Ordunte (la primera decisión contraria en Euskadi por motivos ambientales a un proyecto industrial a punto de acometerse) frenó de cuajó los planes oficiales. La contestación social obligó a dejar en suspenso en 2008 el plan eólico que no se retomó hasta 2010, cuando se desbloqueó la tramitación de otros seis parques. Pero ninguna de las empresas promotoras llegó a tramitar la declaración de impacto ambiental. La razón: que el Gobierno central empezó a tocar las primas a la energía renovable, la clave para que los inversores se animaran a impulsar esta fuente de electricidad renovable.

Hasta entonces las subvenciones llegaban casi a un 40%, puesto que a las empresas que vendían energía eólica se les pagaba un precio fijo de 85 euros por megawatios por hora, cuando el precio del mercado rondaba los 50 euros. Pero el Gobierno socialista de Rodríguez Zapatero creó en 2011 un registro que limitaba el acceso a las primas y el Ejecutivo de Rajoy en 2012 dio la estocada al decretar una moratoria en esta subvenciones. “Ya no salían los números y se pararon las inversiones”, señala un experto en energía.

El Gobierno vasco mantiene aún su plan de energías renovables, que actualizó el que expiraba en 2010 al ampliarlo hasta 2020, en el que se contempla llegar a los 630 megawatios de potencia eólica, cuatro veces más que ahora. “Ese plan ya es papel mojado. Ya no tiene sentido. En la eólica, no se va a hacer nada en Euskadi ni en España por lo menos en los próximos cuatro o cinco años”, agrega el experto energético. El departamento de Desarrollo Económico asegura que mantiene el plan hasta 2020 aprobado por el anterior Gobierno socialista, pero que “a corto o medio plazo se revisará con el horizonte 2025. Después de ese análisis, se plasmará la adecuación necesaria de los objetivos tras las modificaciones del marco regulatorio que también afectan a la consecución de objetivos”, señala un portavoz oficial.

Los cambios en el marco regulatorio al que se refiere el Gobierno vasco son los que está preparando el Ejecutivo central, que contempla ofrecer subvenciones a los parques eólicos a la carta. Es decir, en función de que tengan una rentabilidad en torno a un 7,5%, pero que puede bajar si la instalación ha obtenido en su vida útil hasta ahora unos beneficios superiores a ese porcentaje. “Va a generar un caos, aunque creo que van a seguir funcionando los parques, que tendrán que pelear con el Gobierno las primas y tendrán menos ingresos. No se cerrarán porque no tienen costes de explotación grandes y siempre será más rentable para las empresas tenerlos produciendo”, añade el experto energético. “Pero han creado una gran incertidumbre en los inversores porque quién dice que no va a haber más alteraciones en las primas”.

La cuestión es que la eólica es ahora una energía parada. “Con el nuevo sistema de primas, es dudoso que haya inversiones. En los próximos cuatro o cinco años no vamos a ver más energías eólicas. Otra cosa es que con las nuevas tecnologías sea más rentable. Pero la industria que se ha creado en torno a la eólica tiene que vender su producto en el exterior y la mayoría de sus puestos de trabajo se van fuera”.

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