Diez años de la Plataforma para la Defensa del Sur de Cantabria


Diez años de la Plataforma 

Plataforma para la Defensa del Sur de Cantabria 



Hace diez años, en el inicio de nuestra actividad, por respeto a los abuelos nos fatigábamos para mantener vivo el hermoso territorio que nos legaron, las montañas escenario de las guerras cántabras, el paisaje románico, su potencial para la actividad agrícola, ganadera, industrial, turística, cultural,..., sabiendo que todo ello, abandonado por los políticos, tiene la categoría de Patrimonio de la Humanidad; no éramos -ni somos- ecologistas, sino agentes políticos no adscritos, amantes de lo eco/lógico, de la historia, del medio ambiente, la justicia, la igualdad,..., actores que intentan que el territorio comunal patrimonio de todos, no sea arrasado por el depredador abuso del capital. 

Somos múltiples, del pueblo, amantes de la naturaleza, del arte, de nuestras costumbres e historia, defensores del respeto a la Ley y, junto a él, a la naturaleza, el desarrollo sostenible de las actividades propias, agricultura, ganadería, pequeña industria, hostelería, servicios para la promoción del turismo cultural o deportivo,...; tenemos muy claro lo que queremos y somos, en especial, muy leales a ello y entre nosotros. 

Aquí ahora estamos desgobernados, en manos del capital, cuya corrupción asfixia. La sociedad, anestesiada ve sin reaccionar que allá lejos, los corruptos, los pocos cada día más ricos, y otros pocos que los sirven tejen sus sucios negocios y se ríen del resto. 

Empezamos denunciando la PAC, políticos y algunos ganaderos repartiéndose, sabiéndolo la Administración, el dinero de todos y dañando el territorio, un hecho cierto, no evidenciado en su justa dimensión y que abre paso al gran daño: la destrucción maliciosa de los Concejos Abiertos, germen de la democracia, por ese venal poder próximo con ayuda del generalizado abuso municipal, todo ello posibilitado por la cobardía, el silencio ante el abuso,… y, lo peor, la jornalera traición de quienes, fingiendo estar del lado del -hoy decadente- campesinado, propician su opresión por una aplastante urbanización global que le debilita frente el capital, los corruptos, los propios subvencionados,… 

En nuestra corta, pero intensa, andadura hemos visto la caras real de los representantes del capital, los corruptos, los subvencionados,.... Hemos ido, llamados por ellos, sin subvención de nadie, pagándonos viaje y estancia, al Parlamento Europeo, a Bruselas a defender ante tan inane burocracia la protesta contra el fracking y otras cosas, a denunciar la bravía corrupción que es la PAC,... y lo más actual, la (in)sostenible generación de energía eólica; con escasa fe hace años que esperamos respuesta sabiendo que, pese a las palmaditas que nos dan, nunca llegará. Y aquí estamos. 

Ahora, estamos contra quienes dicen querer controlar la evidencia del calentamiento global,... la destrucción del planeta con el control por ellos ¡claro! de la generación energética que dicen ecológica, eólica, fotovoltaica, hidráulica,..., y no es, diga lo que diga el reclamo en sus medios de comunicación, “energía verde, sostenible”, ni hace crecer el empleo, la tecnología, la calidad de vida,… de sus víctimas, pues si, como pretenden, continúa siendo masiva y controlada por el capital, seguirá siendo, lisa y llanamente, la misma actividad agresiva del 1% propietario de casi todo, del capital que ahora quiere rentabilizar las injustas plusvalías del hormigón y el ladrillo generando energía eléctrica lo más barato que pueda para venderla muy cara. 

Por eso nos oponemos a sus mamotretos industriales, no “granjas fotovoltaicas” o “parques eólicos”, el lenguaje pervertido con que las maquillan, y su burda ilegalidad, porque, sin información ni debate previo, nos imponen molinos -cada día más gigantes- cuyo ciclo de vida consume recursos no renovables, grandes estructuras metálicas, hormigón armado, cobre, lantánidos, agua, aceite,… que, junto al destrozo que causan en la vida campesina tallos, aspas, pistas, líneas de alta tensión, subestaciones,…, asolan el territorio. 

Alguien de ellos dijo “que los políticos hagan su trabajo y los empresarios el suyo”, separados, pues “si se cruza la raya, aparece la corrupción” y todo el mundo -la mayoría, cómplice, lo calla- sabe que aquí ahora hay mil razones para denunciar corrupción sistémica en los compulsivos y fugaces -la celeridad en el trámite es rodillo contra el débil- procedimientos que pretenden 1) la abusiva apropiación, casi gratis, del territorio, 2) imponer, dañinos e ilógicos, nuevos usos en lo comunal y 3) borrar los lógicos usos del territorio por sus propietarios para implantar ilegales infraestructuras, acelerados y burdos trámites ilegales superpuestos con el claro objeto, ajeno al interés general, de someterse, con un fin prefijado, al deseo de un poder no electo; actos administrativos corruptos, ilegales para implantar trastos en las montañas y arruinar el tradicional/lógico uso de ese territorio. 

Anulado por sentencia el primitivo concurso eólico y frenado desde hace años el atropello que pretendían perpetrar en los mejores valles de toda Cantabria -Sur, Soba, Escudo, Pas,...-, retirada la catástrofe del PROT ilegal que aplaudían los subvencionados, la tarea actual consiste en, además de continuar impidiendo el atropello eólico, conseguir que, a tenor de lo que sabemos, con verdadera participación informada, todos -y no los caciques de siempre- decidamos nuestro futuro y, a su tenor, lo planifiquemos llevando a la práctica un PROT. 

Ahora estamos, ya, en momentos de valorar y exigir responsabilidades personales, en especial, en la Consejería de Industria y los Ayuntamientos, para que los tribunales nos digan si el hecho de que no haya información ni participación, se omita la evaluación de impactos, no haya planificación previa, ni reuniones de gobierno y ayuntamientos con los afectados -Concejos y particulares-, los dueños del territorio,…, es cumplir el loable artículo 45 de la Constitución, el Convenio de Aarhus y la Ley 27/2006 española y, si es que no, si todo ello es, al menos, delito de prevaricación, contra el medio ambiente, de falta de planificación, urbanístico,…, y quienes son los culpables. 

Coda importante. El gobierno ni siquiera rectifica y pide disculpas, muy al contrario no se reúne con nosotros y lo hace con otras organizaciones sociales subvencionadas de todos los ámbitos y raleas, para después anunciar que volverá a las andadas con un nuevo -el mismo- PROT, la desorganización general y, en concreto, el caos eólico. Los hechos demuestran que por débil que parezca quien parece débil, si se enfrenta al poder que aparenta ser omnímodo y, teniendo razón, lo hace con seriedad y carácter, muchas veces gana. Si nos dan la razón, bien, y si no nos la dan, también, seguiremos luchando contra todo intento de atropello al -que parece- débil. Y ya veremos.

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