MAPA DE IMPLANTACIÓN (“EXCLUSIÓN”) EÓLICA DE CANTABRIA. Abril 2022. Plataforma para la Defensa del Sur de Cantabria

MAPA DE IMPLANTACIÓN EÓLICA DE CANTABRIA

Plataforma para la Defensa del Sur de Cantabria

Bajo el eufemismo “mapa de exclusión eólica”, difundido por medios de manipulación y promovido por el egoísmo de pasiegos y trasmeranos, el pasado once de abril, Gochicoa, como portavoz del Gobierno de Cantabria, presentaba de urgencia, ¡tan sólo han tardado 12 años en elaborarlo!, el “mapa de incompatibilidad con el desarrollo eólico de Cantabria” y total, para esto.

Dicho nombre en realidad esconde el mapa de implantación eólica de Cantabria”. En rosa, colorea prácticamente todo el mapa, vendiéndolo como lugares de exclusión eólica, se olvida de los largos tendidos de alta tensión y demás infraestructuras, que atraviesan valles enteros a través de ese manchón de color pastel. En amarillo y en blanco, los lugares donde es posible la instalación eólica, en un nivel de detalle que es imposible delimitarlos con claridad. Un mapa, que, en grandes líneas, es el mismo que se encontraba escondido entre los entresijos del borrador del anterior fallido PROT y que, casualidad, coincide con la mayoría de los lugares donde se han solicitado o se están tramitando megapolígonos eólicos. Dichos emplazamientos no son nuevos, coinciden con los viejos del anulado e ilegal concurso eólico; siempre los mismos, cambiando los nombres o las empresas. Tan sólo varía que, evidentemente los proyectos trasmeranos y la mayoría de los pasiegos, quedan ahora en zona de incompatibilidad, de “exclusión”, para alegría de los especuladores inmobiliarios, que se esconden tras el lucrativo negocio de las cabañas pasiegas. Parece que hay territorios de primera y de segunda.

Dicen que se ha elaborado con informes técnicos, que han tenido en cuenta “análisis multicriterio”, elaborados con la última tecnología del “algoritmo” y capas de Sistemas de Información Geográfica, GIS, de última generación, lo que nos recuerda las simulaciones en 3D a la carta, que ya hace 12 años paseaba el propagandista “autobús eólico” por toda Cantabria vendiendo las bonanzas eólicas en las que no figuraban ni los tendidos, ni las pistas de acceso, ni las subestaciones. Los “Big Data” medioambientales, - no digamos los sociales o económicos, que ni se incluyen-, base para una elaboración correcta del “algoritmo” de capas, no están bien recogidos ni actualizados (no conocemos suficientemente el territorio como quieren hacernos creer) o no se incluyen cuando no les viene bien y así poder concluir lo que convenga a los técnicos, que parecen haber sido los miembros de las empresas, ya que coinciden con los lugares que más les interesan y donde ya se están tramitando macropolígonos eólicos.

Quienes en unos lugares pretenden ocupar el territorio con tanques, en otros lo hacen con informes de Fundaciones Torres Quevedo o con Reales Decretos-Leyes, que se aprovechan de la guerra para intentar colar los megaproyectos sin ninguna evaluación de impacto ambiental, ni participación de ningún tipo.