EL SECTOR EÓLICO ESPAÑOL ATRAE A LOS ESPECULADORES

Torre Iberdrola en construcción en Bilbao

La patronal de las empresas eólicas en España ha advertido hoy de la preocupación que genera la entrada de capital especulativo en el sector, debido al gran interés que despiertan las renovables en tiempos de crisis económica.

Así lo ha explicado en declaraciones a EFE el director de la Asociación Empresarial Eólica (AEE) de España, Alberto Ceña, tras participar en una conferencia sobre el futuro de la energía celebrada en Lisboa.

Ceña ha asegurado que, en la actualidad, "hay más gente interesada en meterse en el sector de la energía eólica que antes, pese a que la rentabilidad sea algo inferior y posiblemente más incierta, ya que no hay muchas más oportunidades de inversión".

La crisis ha atraído al negocio de las renovables "a muchas constructoras" y empresas de ámbitos diversos, ha afirmado, entre ellos el lácteo, tal y como ocurre en Cantabria.

"Es gente capitalizada, con recursos, que ven aquí una oportunidad que, pese a sus riesgos, comparada con otros sectores da cierto confort y que, además, proporciona buena imagen", ha resaltado.

Ceña ha reconocido que a la patronal "no le gusta y le preocupa" que entren especuladores en el negocio y que preferiría que las compañías que comienzan ahora "lo hagan con una perspectiva de estabilidad".

Sin embargo, evitar la entrada de especuladores "es muy difícil", en su opinión, y los requisitos que exige la Administración Pública para participar en los concursos "no son suficientes para restringir la entrada de estos actores".
"No vemos la fórmula", ha admitido.

El director de la patronal ha resaltado que el principal problema que afronta el sector son las modificaciones regulatorias aprobadas por el Gobierno, y que han provocado una caída de la demanda, de la carga de trabajo y un aumento de los Expedientes de Regulación de Empleo.

Durante su intervención en la conferencia, Ceña ha explicado que los productores españoles recibieron 2.100 millones de euros en primas el pasado año por parte del Gobierno para incentivar su actividad, pero que el valor de las exportaciones (2.500 millones de euros) y el ahorro que supone reducir las importaciones de gas natural (500 millones de euros) compensan este gasto.

http://www.expansion.com/2010/10/23/empresas/energia/1287826977.html?a=ef67b60112c9bdb38fa9c50060aa0d3c&t=1287832089

DE INGENIEROS Y EÓLICOS

Culebrera cazando en Valdeolea, al fondo los molinos de Barruelo, de 60m (40 torre, 20 de pala)
De ingenieros y eólicos
18.10.10 - 00:33 –

Leo con una mezcla de tristeza y voluntariosa esperanza la primera aproximación del Colegio de Ingenieros de Caminos de Cantabria al plan eólico del Gobierno regional. Con tristeza, porque es un intento fallido a causa de sus fuentes de información: el Colegio ha basado el análisis en la propaganda del Gobierno y no en los datos objetivos que la desmienten. Con algo de esperanza, porque este error es subsanable (ponemos a disposición del Colegio toda la documentación de que disponemos al respecto) y porque, en su artículo, el Colegio defiende como fundamental «una óptima política de ordenación del territorio», una de las exigencias irrenunciables de quienes, desde CORE, nos oponemos al dislate eólico.

1.- El «inmovilismo insostenible». Aún desde el convencimiento de que no ha mediado mala fé en las declaraciones del Colegio, no podemos dejar de dolernos por algunos de sus contenidos, especialmente por las injustas críticas a los opositores al plan eólico. Críticas que extrañan especialmente al recordar hasta qué punto influyeron, por ejemplo en Cantabria Nuestra, tantos destacados ingenieros de caminos, que defendieron nuestro patrimonio cultural y natural, siempre desde el sentido común afianzado con los conocimientos técnicos y humanísticos de su formación integral. Hombres y mujeres esenciales en la trayectoria de nuestra asociación, dos de ellos presidentes de la misma, a los que ahora su colegio profesional envuelve en unas críticas tan tópicas como injustas.

Con respecto, a esta crítica y en cuanto al objeto del análisis, desde CORE hemos reconocido los aspectos positivos de la energía eólica, no nos hemos opuesto a la aprobación de los 300 MW eólicos impulsados por este mismo Gobierno (potencia con la que ya nos situamos en la media nacional) y hemos ofrecido siempre una alternativa al desproporcionado plan eólico de los 1.500 MW: el cumplimiento de la Ley (que se tramite un verdadero plan eólico sometido a evaluación ambiental estratégica, de acuerdo a la capacidad de acogida de nuestro territorio y cumpliendo con la exigencia legal de consulta a la ciudadanía) y la previa aprobación, ya es hora, del Plan Regional de Ordenación Territorial.

2.- El plan eólico y el empleo: Muchos cántabros esperamos con interés una valoración creíble del efecto de creación de empleo del plan eólico. Ya no basta con decir que el mismo traerá «empleo de calidad y fomentará la I+D en sectores estratégicos y de futuro». Queremos saber si el atropello eólico generará los 52.000 empleos de que habló, y aún no ha sido cesado, el Director General de Sodercán; o los 4.200, 2.000 o 1.000 que ha barajado en distintas ocasiones, ejemplo de rigor y fiabilidad, el Consejero de Industria. El Colegio prestaría un gran servicio a los ciudadanos ayudando a concretar el número y la calidad de los puestos de trabajo, su estabilidad, los previsibles efectos de destrucción de empleo en otros sectores (como el turístico o el de rehabilitación de segunda vivienda) y si el plan eólico es la única oportunidad para el desarrollo de la I+D en Cantabria.

Como punto de partida podemos aportar las conclusiones de la UGT, basadas en las experiencias de otras regiones: la eólica, ni genera donde se instala más empleo que el precario y fugaz vinculado a la obra civil inicial, ni es la base de ningún cambio de modelo productivo, porque no es requisito previo para la potenciación de la I+D en Cantabria. Nosotros entendemos que para esto último sólo precisamos políticos competentes capaces de hacer atractiva nuestra región a los inversores sin entregar a cambio nuestro patrimonio natural y cultural. Casi nada.

3.- El molino de Vestas y de APIA XXI: se equivoca también el Colegio cuando afirma que los técnicos de la Consejería de Cultura informaron favorablemente el proyecto del molino «experimental» del monte Cotío. Los informes de los arqueólogos advirtieron que el entorno de protección declarado del castro cántabro de Las Rabas es insuficiente, que el proyecto violaría el Convenio Europeo del Paisaje, que debía someterse a un informe de impacto ambiental que se hurtó; que el camino de acceso pondría en peligro de destrucción «un patrimonio fehacientemente documentado y del mayor rango dentro de la arqueología Autonómica», que los trabajos tendrían un severo impacto global sobre la zona y que las obras a ejecutar supondrían «una seria alteración de los valores de bienes del patrimonio cultural de Cantabria que son objeto de la máxima protección contemplada en la legislación», entre otras consideraciones similares.
Fueron los políticos y no los técnicos quienes, pretendiendo ocultar todos los avisos de los especialistas y empeñados en aprobar lo inaceptable, redujeron el debate a si el camino de acceso seguía invadiendo o no el entorno de protección declarado. Y ahora, injustamente, se carga la responsabilidad de la autorización en unos técnicos que se empeñaron evitar este gran error.
Expuestas ya nuestras quejas, pensemos en positivo. Como decíamos, el Colegio aboga por la ordenación del territorio como requisito previo a los grandes proyectos estratégicos. Desde CORE, también. Cuenten, pues, con nuestro apoyo decidido en este empeño, especialmente para impulsar la aprobación del eternamente pendiente Plan Regional de Ordenación Territorial.

http://www.eldiariomontanes.es/v/20101018/opinion/articulos/ingenieros-eolicos-20101018.html

La Legio IIII Macedonica, una de las legiones que participaron en las guerras cántabras

y posiblemente también en el asedio al campamento cántabro de Las Rabas en Celada Marlantes.

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Artículo al que hace referencia:
TRIBUNA LIBRE
Apuesta decidida por la energía eólica
03.10.10 - 00:18 -
ENRIQUE CONDE TOLOSA DECANO DEL COLEGIO DE INGENIEROS DE CAMINOS DE CANTABRIA

Desde que la nueva Junta Rectora que presido emprendió la labor de representar al numeroso colectivo de ingenieros de caminos de Cantabria, asumimos el compromiso de involucrarnos, con total independencia, en los debates socio-económicos que consideramos de interés para el desarrollo futuro de nuestra región, aportando nuestro conocimiento técnico y asumiendo que nuestras opiniones nunca podrán ser del agrado de todos. Por lo anteriormente expuesto, no podemos dejar de entrar a valorar la estrategia energética de Cantabria, desde nuestra perspectiva profesional de técnicos expertos en ordenación del territorio y, en concreto, el concurso eólico recientemente adjudicado por el Gobierno regional.

Entendemos que es un acierto apostar decididamente por un nuevo modelo energético y orientar la economía al sector de las renovables, que está llamado a ser, según la Comisión Europea, uno de los principales motores de creación de empleo en los próximos años. Es cierto que la comunicación y explicación del concurso a la opinión pública no ha sido muy efectiva, pero esto no puede empañar la bondad del objetivo final: Crear empleo de calidad y fomentar la I+D en sectores estratégicos y de futuro. Pero queremos, desde el Colegio, incidir en varias cuestiones fundamentales:

-Se debe exigir a los adjudicatarios del concurso eólico que reiteren su compromiso de respeto al medio ambiente y a los valores paisajísticos cuando acometan las obras de emplazamiento definitivo de los aerogeneradores.
-Se debe cumplir rigurosamente con el compromiso en cuanto a cuantía de inversiones, generación de empleo y plazos previstos expuestos en los proyectos industriales que fueron básicos para la adjudicación de las diferentes zonas eólicas.
-Se debe mantener el compromiso que adquirieron nuestros gobernantes desde los principios del concurso eólico, por el cual, las empresas de Cantabria estaban llamadas a intervenir, de forma prioritaria ante empresas foráneas, en las distintas etapas del diseño y ejecución de los parques eólicos de los diferentes adjudicatarios.

El caso particular del aerogenerador experimental de la empresa danesa Vestas, finalmente ya instalado en el Monte Cotío, es un ejemplo de cómo un asunto puede ser distorsionado sin criterios lógicos. Que la mayor empresa de aerogeneradores del mundo escoja Cantabria, una región sin tradición en el sector eólico, para instalar su prototipo y un centro de investigación, con una inversión millonaria, es una excelente noticia para nuestra Comunidad Autónoma, especialmente en un momento de crisis económica.

Desde el Colegio de Caminos siempre hemos defendido el concepto de 'Desarrollo Sostenible', entendiendo éste como la consecución del progreso sin menoscabo grave de la conservación de nuestro patrimonio y nuestros recursos. Sin embargo hay sectores, creemos que minoritarios, cuya posición ante proyectos de cierta relevancia es siempre contraria, sin valorar los efectos positivos que pudiera tener y sin plantear alternativas que lo pudieran mejorar. Este posicionamiento, que podríamos denominar 'Inmovilismo Insostenible' es algo negativo que siempre acaba situando a Cantabria en desventaja con sus comunidades vecinas. No se puede ceder permanentemente a grupos de presión que entendemos que no representan el sentir de la mayoría de los ciudadanos.

Volviendo al aerogenerador de Vestas, la empresa ha solicitado los permisos correspondientes y la Consejería de Cultura del Gobierno regional, cuyos técnicos son perfectos conocedores del patrimonio arqueológico de la zona, han emitido unos informes en base a los que finalmente se ha autorizado la ejecución de la obra en las condiciones adecuadas para garantizar la mínima afección al patrimonio arqueológico, estableciendo unas medidas de seguimiento y control. Nos consta que los técnicos de Cultura son escrupulosos en su labor y no habrían informado positivamente si tuvieran la menor duda de que pudiera producirse una grave afección. No obstante, nadie está exento de errores y si realmente durante la ejecución de la obra se hubieran producido daños, deberían iniciarse los procedimientos sancionadores pertinentes, ya que los bienes de interés cultural gozan de una completa protección legal.

La postura de quienes defienden la estricta conservación de nuestro patrimonio cultural, natural o paisajístico es absolutamente respetable en una democracia. Ciertamente, los beneficios ambientales y económicos que puede traer el desarrollo eólico no justifican que se cometa ninguna atrocidad. Pero para lograr el tan deseado desarrollo sostenible de nuestra región es necesario alcanzar un equilibrio entre desarrollo y conservación, lo cual no es obstáculo para que apostemos decididamente por nuevos proyectos y nuevas tecnologías, en un escenario en que todos los actores implicados tengan cabida y actúen con responsabilidad y profesionalidad, analizando las ventajas e inconvenientes de manera objetiva y ponderada antes de tomar las grandes decisiones estratégicas que determinarán nuestro futuro. Para todo esto entendemos fundamental una óptima política de ordenación del territorio y reiteramos nuestro compromiso de colaboración institucional.

Cicatriz abierta en un bosque autóctonopor las líneas de alta tensión,

que necesitan los parques eólicos para evacuar la electricidad a la red

VIENTOS A PRECIO DE GANGA

Una tesis denuncia las escasas tarifas que se pagan por ocupar terrenos eólicos
MARÍA RODIÑO - Santiago - 13/10/2010
más información, tesis Universidad de Santiago:
http://dspace.usc.es/handle/10347/2158

En Lañas, en el municipio coruñés de A Baña, disfrutan de la calma propia de una pequeña parroquia rural. Un silencio por el que teme Cándido Iglesias, ganadero, cuando habla de las muchas preocupaciones que le despierta la posibilidad de que sus tierras pasen a estar ocupadas por aerogeneradores. Si se construye el parque eólico de Vilamartiño -proyectado por la gallega Galenova sobre seis parroquias de A Baña y Val do Dubra-, su ganado pastará bajo algunos de sus 19 molinos.

En algunos acuerdos de compraventa se abonan céntimos por metro cuadrado. Los contratos están repletos de desventajas para los propietarios. Él y sus vecinos supieron del parque cuando fue autorizado, en 2007. Y desde entonces hasta este verano, denuncian, no volvieron a tener noticias del proyecto. "Un día llegaron representantes de una consultoría con los contratos redactados y con la amenaza de la expropiación para urgirnos a firmar", explica Iglesias. Una situación que provocó que las dudas, la desconfianza y la sensación de desamparo se extendiesen entre los afectados.

"Ese es el procedimiento habitual", lamenta la economista Rosa María Regueiro, que acaba de presentar en la Universidad de Santiago de Compostela su tesis Xénese e desenvolvemento do sector eólico en Galicia (1995-2010): marco institucional, aspectos económicos e efectos ambientais. Regueiro ha estudiado a fondo los números que han dejado 15 años de presencia de aerogeneradores en el paisaje gallego -desde que un decreto regulase por primera vez, en 1995, la implantación de parques eólicos- para concluir que las carencias legislativas han modelado un sector en el que los grandes perdedores son los propietarios de los terrenos donde se asientan los parques, en los que han revertido muchos menos beneficios que en otros modelos de gestión.

La forma de compensación predominante en Galicia es el alquiler o compra de los terrenos sobre los que se proyectan estas instalaciones. Y de ahí surgen con frecuencia situaciones como la que denuncian en A Baña y Val do Dubra. "La primera perversión del sistema es la idea de que el suelo adquiere valor con la instalación del parque. Y no es así: un parque se instala sobre un terreno porque éste posee potencial eólico", explica Regueiro. Pero estos terrenos -que normalmente son suelos rústicos o forestales de bajo rendimiento, ya que la exposición a fuertes vientos reduce la vegetación- son valorados de acuerdo a sus usos previos. Por eso, una de las propuestas que se derivan de la investigación es la de crear una categoría especial de suelo para catalogar estas tierras, dándole una valoración adecuada a su potencialidad económica.

Para dilucidar cuál es la retribución justa para los propietarios de las tierras -"y de su viento", apostilla Cándido Iglesias- Regueiro propone en su investigación un método de cálculo que, teniendo en cuenta las horas anuales de viento que se registran en un terreno y la inversión necesaria para la puesta en funcionamiento del parque, establece la compensación mínima - dejando un amplio margen de beneficios para las eólicas- en seis euros por kilovatio instalado.
Revisando contratos de los últimos 15 años, se ha encontrado con que las retribuciones en Galicia oscilan entre uno y tres euros. Hay que tener en cuenta que el valor de seis euros se obtiene en los niveles mínimos de viento para la instalación de aerogeneradores, establecido en torno a las 1.800 horas anuales. Y en algunos parques gallegos llegan a registrarse más de 3.000.

Los números tampoco son alentadores en el caso de la compraventa. En los contratos estudiados a lo largo de la investigación pueden encontrarse valoraciones de céntimos por metro cuadrado. El récord negativo lo tienen terrenos en Muros pagados en 1997 a 22 céntimos, y el precio más alto registrado en estos últimos 15 años se queda en los 2,24 euros alcanzados hace una década en As Pontes. Sobre la expropiación -una amenaza frecuente- explica Regueiro que, de llegar a ese proceso, los precios son muy bajos.

A la desinformación sobre los precios se suman otras pequeñas trampas, advierte Regueiro. "La letra pequeña de algunos contratos incluye una cláusula que responsabiliza a los propietarios del desmantelamiento del parque al final de su vida útil", advierte. Las empresas se van y el terreno vuelve a sus dueños con aerogeneradores y líneas de evacuación incluidas.

No es la única atadura que firman los propietarios. La mayor parte de los contratos contempla la posibilidad de que la empresa renuncie al contrato antes de su vencimiento sin que los propietarios reciban ninguna compensación. No es un derecho recíproco. "E incluso llegaron a recogerse penalizaciones a los propietarios en caso de descenso de la producción", añade Regueiro.

Instalaciones abandonadas en un pueblo
del norte de Burgos con molinos pero sin niños

ENTRE LOS PEORES MODELOS DEL MUNDO

El diagnóstico de Regueiro ante las carencias del sector eólico gallego es claro: "Hace falta una concepción integral del sector, algo que aquí nunca ha tenido desarrollo legislativo". Y al analizar otros modelos implantados en Europa y en todo el mundo concluye que Galicia es uno de los peores lugares para poseer un terreno ventoso. En Dinamarca, Holanda, Lituania, Japón o China se obtienen más beneficios.

"Dinamarca disfruta del modelo más beneficioso para los propietarios", cuenta Regueiro, "porque ha desarrollado una ley estatal en la que contempla a todos los agentes: la administración legisla, los propietarios son accionistas con voz y voto a través de las cooperativas que gestionan los parques, la industria desarrolla los aerogeneradores y las entidades financieras ofrecen apoyo económico".

El resultado: la eólica es hoy una energía vista con buenos ojos por la gran mayoría de la población danesa, no solo como alternativa a las energías fósiles sino también como un recurso económico que ha revertido en el conjunto de la sociedad.

Pero en Galicia la implantación de la energía eólica ha ido acompañada de un creciente desencanto. La sensación de expolio que genera el modelo de compensación, los constantes enfrentamientos partidistas, la opacidad alrededor de sus consecuencias medioambientales y una baja incidencia en el empleo han alimentado la desafección. "Nunca se ha legislado en favor de los propietarios. Y la última ley es incluso regresiva en este aspecto", lamenta Regueiro.

http://www.elpais.com/articulo/Galicia/Vientos/precio/ganga/elpepuespgal/20101013elpgal_7/Tes

Pistas de acceso a un parque eólico