DE INGENIEROS Y EÓLICOS

Culebrera cazando en Valdeolea, al fondo los molinos de Barruelo, de 60m (40 torre, 20 de pala)
De ingenieros y eólicos
18.10.10 - 00:33 –

Leo con una mezcla de tristeza y voluntariosa esperanza la primera aproximación del Colegio de Ingenieros de Caminos de Cantabria al plan eólico del Gobierno regional. Con tristeza, porque es un intento fallido a causa de sus fuentes de información: el Colegio ha basado el análisis en la propaganda del Gobierno y no en los datos objetivos que la desmienten. Con algo de esperanza, porque este error es subsanable (ponemos a disposición del Colegio toda la documentación de que disponemos al respecto) y porque, en su artículo, el Colegio defiende como fundamental «una óptima política de ordenación del territorio», una de las exigencias irrenunciables de quienes, desde CORE, nos oponemos al dislate eólico.

1.- El «inmovilismo insostenible». Aún desde el convencimiento de que no ha mediado mala fé en las declaraciones del Colegio, no podemos dejar de dolernos por algunos de sus contenidos, especialmente por las injustas críticas a los opositores al plan eólico. Críticas que extrañan especialmente al recordar hasta qué punto influyeron, por ejemplo en Cantabria Nuestra, tantos destacados ingenieros de caminos, que defendieron nuestro patrimonio cultural y natural, siempre desde el sentido común afianzado con los conocimientos técnicos y humanísticos de su formación integral. Hombres y mujeres esenciales en la trayectoria de nuestra asociación, dos de ellos presidentes de la misma, a los que ahora su colegio profesional envuelve en unas críticas tan tópicas como injustas.

Con respecto, a esta crítica y en cuanto al objeto del análisis, desde CORE hemos reconocido los aspectos positivos de la energía eólica, no nos hemos opuesto a la aprobación de los 300 MW eólicos impulsados por este mismo Gobierno (potencia con la que ya nos situamos en la media nacional) y hemos ofrecido siempre una alternativa al desproporcionado plan eólico de los 1.500 MW: el cumplimiento de la Ley (que se tramite un verdadero plan eólico sometido a evaluación ambiental estratégica, de acuerdo a la capacidad de acogida de nuestro territorio y cumpliendo con la exigencia legal de consulta a la ciudadanía) y la previa aprobación, ya es hora, del Plan Regional de Ordenación Territorial.

2.- El plan eólico y el empleo: Muchos cántabros esperamos con interés una valoración creíble del efecto de creación de empleo del plan eólico. Ya no basta con decir que el mismo traerá «empleo de calidad y fomentará la I+D en sectores estratégicos y de futuro». Queremos saber si el atropello eólico generará los 52.000 empleos de que habló, y aún no ha sido cesado, el Director General de Sodercán; o los 4.200, 2.000 o 1.000 que ha barajado en distintas ocasiones, ejemplo de rigor y fiabilidad, el Consejero de Industria. El Colegio prestaría un gran servicio a los ciudadanos ayudando a concretar el número y la calidad de los puestos de trabajo, su estabilidad, los previsibles efectos de destrucción de empleo en otros sectores (como el turístico o el de rehabilitación de segunda vivienda) y si el plan eólico es la única oportunidad para el desarrollo de la I+D en Cantabria.

Como punto de partida podemos aportar las conclusiones de la UGT, basadas en las experiencias de otras regiones: la eólica, ni genera donde se instala más empleo que el precario y fugaz vinculado a la obra civil inicial, ni es la base de ningún cambio de modelo productivo, porque no es requisito previo para la potenciación de la I+D en Cantabria. Nosotros entendemos que para esto último sólo precisamos políticos competentes capaces de hacer atractiva nuestra región a los inversores sin entregar a cambio nuestro patrimonio natural y cultural. Casi nada.

3.- El molino de Vestas y de APIA XXI: se equivoca también el Colegio cuando afirma que los técnicos de la Consejería de Cultura informaron favorablemente el proyecto del molino «experimental» del monte Cotío. Los informes de los arqueólogos advirtieron que el entorno de protección declarado del castro cántabro de Las Rabas es insuficiente, que el proyecto violaría el Convenio Europeo del Paisaje, que debía someterse a un informe de impacto ambiental que se hurtó; que el camino de acceso pondría en peligro de destrucción «un patrimonio fehacientemente documentado y del mayor rango dentro de la arqueología Autonómica», que los trabajos tendrían un severo impacto global sobre la zona y que las obras a ejecutar supondrían «una seria alteración de los valores de bienes del patrimonio cultural de Cantabria que son objeto de la máxima protección contemplada en la legislación», entre otras consideraciones similares.
Fueron los políticos y no los técnicos quienes, pretendiendo ocultar todos los avisos de los especialistas y empeñados en aprobar lo inaceptable, redujeron el debate a si el camino de acceso seguía invadiendo o no el entorno de protección declarado. Y ahora, injustamente, se carga la responsabilidad de la autorización en unos técnicos que se empeñaron evitar este gran error.
Expuestas ya nuestras quejas, pensemos en positivo. Como decíamos, el Colegio aboga por la ordenación del territorio como requisito previo a los grandes proyectos estratégicos. Desde CORE, también. Cuenten, pues, con nuestro apoyo decidido en este empeño, especialmente para impulsar la aprobación del eternamente pendiente Plan Regional de Ordenación Territorial.

http://www.eldiariomontanes.es/v/20101018/opinion/articulos/ingenieros-eolicos-20101018.html

La Legio IIII Macedonica, una de las legiones que participaron en las guerras cántabras

y posiblemente también en el asedio al campamento cántabro de Las Rabas en Celada Marlantes.

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Artículo al que hace referencia:
TRIBUNA LIBRE
Apuesta decidida por la energía eólica
03.10.10 - 00:18 -
ENRIQUE CONDE TOLOSA DECANO DEL COLEGIO DE INGENIEROS DE CAMINOS DE CANTABRIA

Desde que la nueva Junta Rectora que presido emprendió la labor de representar al numeroso colectivo de ingenieros de caminos de Cantabria, asumimos el compromiso de involucrarnos, con total independencia, en los debates socio-económicos que consideramos de interés para el desarrollo futuro de nuestra región, aportando nuestro conocimiento técnico y asumiendo que nuestras opiniones nunca podrán ser del agrado de todos. Por lo anteriormente expuesto, no podemos dejar de entrar a valorar la estrategia energética de Cantabria, desde nuestra perspectiva profesional de técnicos expertos en ordenación del territorio y, en concreto, el concurso eólico recientemente adjudicado por el Gobierno regional.

Entendemos que es un acierto apostar decididamente por un nuevo modelo energético y orientar la economía al sector de las renovables, que está llamado a ser, según la Comisión Europea, uno de los principales motores de creación de empleo en los próximos años. Es cierto que la comunicación y explicación del concurso a la opinión pública no ha sido muy efectiva, pero esto no puede empañar la bondad del objetivo final: Crear empleo de calidad y fomentar la I+D en sectores estratégicos y de futuro. Pero queremos, desde el Colegio, incidir en varias cuestiones fundamentales:

-Se debe exigir a los adjudicatarios del concurso eólico que reiteren su compromiso de respeto al medio ambiente y a los valores paisajísticos cuando acometan las obras de emplazamiento definitivo de los aerogeneradores.
-Se debe cumplir rigurosamente con el compromiso en cuanto a cuantía de inversiones, generación de empleo y plazos previstos expuestos en los proyectos industriales que fueron básicos para la adjudicación de las diferentes zonas eólicas.
-Se debe mantener el compromiso que adquirieron nuestros gobernantes desde los principios del concurso eólico, por el cual, las empresas de Cantabria estaban llamadas a intervenir, de forma prioritaria ante empresas foráneas, en las distintas etapas del diseño y ejecución de los parques eólicos de los diferentes adjudicatarios.

El caso particular del aerogenerador experimental de la empresa danesa Vestas, finalmente ya instalado en el Monte Cotío, es un ejemplo de cómo un asunto puede ser distorsionado sin criterios lógicos. Que la mayor empresa de aerogeneradores del mundo escoja Cantabria, una región sin tradición en el sector eólico, para instalar su prototipo y un centro de investigación, con una inversión millonaria, es una excelente noticia para nuestra Comunidad Autónoma, especialmente en un momento de crisis económica.

Desde el Colegio de Caminos siempre hemos defendido el concepto de 'Desarrollo Sostenible', entendiendo éste como la consecución del progreso sin menoscabo grave de la conservación de nuestro patrimonio y nuestros recursos. Sin embargo hay sectores, creemos que minoritarios, cuya posición ante proyectos de cierta relevancia es siempre contraria, sin valorar los efectos positivos que pudiera tener y sin plantear alternativas que lo pudieran mejorar. Este posicionamiento, que podríamos denominar 'Inmovilismo Insostenible' es algo negativo que siempre acaba situando a Cantabria en desventaja con sus comunidades vecinas. No se puede ceder permanentemente a grupos de presión que entendemos que no representan el sentir de la mayoría de los ciudadanos.

Volviendo al aerogenerador de Vestas, la empresa ha solicitado los permisos correspondientes y la Consejería de Cultura del Gobierno regional, cuyos técnicos son perfectos conocedores del patrimonio arqueológico de la zona, han emitido unos informes en base a los que finalmente se ha autorizado la ejecución de la obra en las condiciones adecuadas para garantizar la mínima afección al patrimonio arqueológico, estableciendo unas medidas de seguimiento y control. Nos consta que los técnicos de Cultura son escrupulosos en su labor y no habrían informado positivamente si tuvieran la menor duda de que pudiera producirse una grave afección. No obstante, nadie está exento de errores y si realmente durante la ejecución de la obra se hubieran producido daños, deberían iniciarse los procedimientos sancionadores pertinentes, ya que los bienes de interés cultural gozan de una completa protección legal.

La postura de quienes defienden la estricta conservación de nuestro patrimonio cultural, natural o paisajístico es absolutamente respetable en una democracia. Ciertamente, los beneficios ambientales y económicos que puede traer el desarrollo eólico no justifican que se cometa ninguna atrocidad. Pero para lograr el tan deseado desarrollo sostenible de nuestra región es necesario alcanzar un equilibrio entre desarrollo y conservación, lo cual no es obstáculo para que apostemos decididamente por nuevos proyectos y nuevas tecnologías, en un escenario en que todos los actores implicados tengan cabida y actúen con responsabilidad y profesionalidad, analizando las ventajas e inconvenientes de manera objetiva y ponderada antes de tomar las grandes decisiones estratégicas que determinarán nuestro futuro. Para todo esto entendemos fundamental una óptima política de ordenación del territorio y reiteramos nuestro compromiso de colaboración institucional.

Cicatriz abierta en un bosque autóctonopor las líneas de alta tensión,

que necesitan los parques eólicos para evacuar la electricidad a la red

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