CANTABRIA. Los eólicos impiden declarar al románico patrimonio de la humanidad, según Peridis
El colectivo Core organizó anoche una mesa redonda de arquitectos sobre el impacto de la energía eólica en los valles del sur de Cantabria
18.01.11 - 00:13 - ÍÑIGO FERNÁNDEZ SANTANDER.
La implantación de molinos-generadores de energía eólica en los valles del sur de Cantabria tendrá notables consecuencias en el territorio, según los arquitectos que ayer intervinieron en una mesa redonda celebrada en el Ateneo de Santander. Entre ellas, la imposibilidad de que la Unesco reconozca al Románico de Cantabria con la declaración de 'patrimonio de la humanidad'.
Este dato lo aportó Miguel Ángel Pérez 'Peridis', presidente de la Fundación Santa María La Real y promotor de la serie de documentales sobre el románico en España, erigido en figura estelar del coloquio. Según Peridis, los molinos sólo pueden admitirse «donde caben, donde no estorban y donde no hay otra cosa», pero no en los valles del sur de Cantabria como Valdeolea, Valdeprado del Río y Valderredible, porque «son únicos, vertebran la cordillera a ambos lados, son valles del románico, son merecedores de ser declarados patrimonio de la humanidad». «Una vez que estén los molinos, será imposible la declaración», añadió, advirtiendo de que aquella quedará reducida, en el mejor de los casos, a las comarcas situadas en el norte de Burgos y Palencia. «En La Mancha hay páramos en los que los molinos no tienen por qué generar tanto impacto, porque siempre los ha habido. ¿Por qué hacerlos en nuestras zonas? Ancha es Castilla y territorios tiene España. ¿Por qué cada región tiene que aportar el sacrificio de su primogénito en el altar del desarrollo?», se preguntó.
Las opiniones de Peridis en el Ateneo de Santander, en el marco de la mesa redonda organizada por el colectivo Cántabros por la Ordenación Regional del Desarrollo Eólico (Core), fueron muy aplaudidas por un público que llenaba el salón de actos.
Entre los asistentes se encontraban Miguel Ángel García Guinea, José Luis Casado Soto, José Manuel Iglesias, Joaquín González Echegaray, Aurelio González de Riancho... Peridis no habló sólo, por supuesto.
Otro arquitecto, Clemente Lomba, recordó que «sabemos todo de los molinos con una precisión de centímetros, pero nada de su impacto sobre la base, sobre el territorio», en referencia a la falta de estudios sobre el impacto en la zona.
Fernando Porras opinó que «es muy poco inteligente establecer un campo eólico sobre un perfil ondulante, igual que sobre un desierto llano ¿Cómo es posible que el planteamiento de colonización eólica sea igual en Polientes que en Atacama?».
Domingo de la Lastra cuestionó el supuesto negocio para las poblaciones de la zona, porque «les va a llover del viento un recurso, pero eso va a perjudicar todos los otros recursos». «Cuando se hayan acabado las subvenciones a los molinos, solamente quedarán las consecuencias», añadió.
Previamente, y tras la presentación de Javier Ceruti, Miguel Martínez Postigo, de la Plataforma en Defensa de Campoo, había ofrecido algunos datos introductorios, como que, entre los tres valles analizados, se van a instalar 322 molinos -tantos como en todo el País Vasco-, con un impacto de 81 kilómetros lineales de aerogeneradores, 86 kilómetros de tendidos eléctricos, quince centros de transformación y una ocupación de 1,25 millones de metros cuadrados. «No son molinos, son gigantes, aseguró.
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