ABC 28 de septiembre de 2012
Sector eólico, vientos frenados y confusión
POR ABEL VEIGA Día 28/09/2012
Eolo quiso que Galicia conociera de sus vientos. Otros han querido aprovecharlos, captarlos y transformarlos en energía eléctrica. Pero la confusión política y partidista, también empresarial, ha acabado generando un caos cuyos remolinos no distan aún de ser claros. Controversia, disputas, acusaciones y pronunciamientos judiciales han ido condicionado y secuenciando lo eólico en Galicia sobre todo en lo que a concursos se refiere. Amén de los problemas del propio concurso en sí y que desde hace ya un lustro no se construye un solo parque eólico, uno de los principales problemas deriva sobre las primas o no y los precios de mercado a los que tendrían que hacer frente las empresas del sector. Obviamente no se dice de modo tan transparente que el precio final de la energía eléctrica lo acaban, haya prima o no, soportando los ciudadanos. Hubo un tiempo donde la apuesta decidida y alternativa de futuro eran las energías renovables, pero esos tiempos perecieron en la ciclogénesis de una crisis que rompió criterios, partituras y hojas de ruta.
Hay muchos parques eólicos ya operativos, la mayoría en las zonas más óptimas, también hay megavatios concedidos por concurso pero que no producen y que han entrado en la polémica del canon y los impuestos, pero ¿realmente repercute en una fuente de generación de energía tan rica y barata que compense el daño ambiental y paisajístico?¿realmente es una fuerza generadora de riqueza y de empleo como algunos blasonan?, energías limpias o no, nucleares o no, de carbón y gas o no, ¿qué capacidad y potencia pueden generar las eólicas cuando hay miles de megavatios concedidos pero no todos operativos?¿a quién beneficia realmente lo eólico? ¿A las empresas privadas, las administraciones autonómicas y locales o a los ciudadanos?¿son realmente competitivas estas empresas sin subvenciones ni ayudas públicas? Hace sólo unos meses el presidente de la Xunta retaba a los adjudicatarios de megavatios a devolverlos en su caso.
Qué duda cabe que hoy uno de los principales problemas o dificultades que el sector eólico encuentra es hallar financiación para construir sus parques generadores, de evacuación de energía y sus molinos aerogeneradores oteando con sus cadencias al viento. Pero también el gravamen impositivo por megavatio, tasas y tributos que al lado del de transmisiones no cejan de crecer y alimentar unas arcas exhaustas, vacías y que buscan ingresos como sean. De los algo más de 2300 megavatios concedidos en el concurso de la Xunta, la cifra a 40.000 por unidad es clara. Ya no es tiempo de subvenciones, de esas que nunca se devuelven. Tal vez hemos vivido demasiado tiempo apegados a esa concepción patrimonialista pero también clientelar del estado central y autonómico.
Para emponzoñar aún más el debate partidista y político, tras la anulación por parte del Tribunal Superior de Xustiza el pasado agosto de la suspensión del concurso eólico llevado a cabo en las postrimerías del bipartito, unos y otros arrojan sus diatribas políticas pero no solucionan los problemas de fondo. ¿Puede Galicia hoy generar la energía que necesita autosuficientemente? Y, sobre todo, ¿a qué precio para el ciudadano? No es lo mismo exportarla que importarla, tampoco exportar la que se genera y comprarla porque no tenemos suficiente para propio consumo doméstico o industrial. Seriedad e ideas claras. Que no se las lleve el viento partidista.
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