GESTIÓN FORESTAL SOSTENIBLE EN CANTABRIA

MANIFIESTO POR UNA GESTIÓN FORESTAL SOSTENIBLE

Tras las Jornadas sobre Gestión Forestal Sostenible celebradas en el Centro de Estudios Rurales en Cabezón de la Sal durante el mes de Mayo, los organizadores, la Revista Cantárida y Ecologistas en Acción-Cantabria, han difundido el siguiente Manifiesto sobre Gestión Forestal Sostenible al que pueden adherirse cuántas personas y entidades, incluidas las instituciones municipales, autonómicas o estatales con competencias en el tema, lo deseen en los siguientes términos: 

–Que la gestión forestal en Cantabria necesita dotarse de los instrumentos legales y técnicos de gestión sostenible de los recursos forestales con una visión integral, transversal y multidisciplinar que permita, simultáneamente, tratamientos diferenciados en función de los ámbitos concretos, de los ecosistemas y especies afectados, y de los intereses de las comunidades rurales y la compatibilidad entre las políticas económicas, sociales y ambientales.

–Que para alcanzar una gestión forestal sostenible deben analizarse con el máximo rigor las interacciones o compatibilidades entre las funciones ambientales, recreativas o socioculturales y productivas para garantizar la conservación y renovación de los recursos forestales, mantener o aumentar las superficies de vegetación natural, reforzar la calidad de sus valores ecológicos y paisajísticos, potenciar los usos y conductas sociales relacionadas con la investigación, la lucha contra el cambio climático, y la educación ambiental con sus posibilidades didácticas, y rentabilizar los recursos turísticos, agroganaderos y madereros con técnicas y planteamientos que eviten los impactos, desarrollen sistemas de explotación y aprovechamiento manuales, blandos o extensivos, y contribuyan, entre otros fines, a la prevención de riesgos en materia de incendios, inundaciones, erosión, pérdida de fertilidad, degradación de los paisajes…, y a dinamizar las economías rurales.

–Que, entre otras medidas urgentes, deben restringirse las plantaciones masivas e indiscriminadas de eucaliptos, pinos y chopos de explotación intensiva, las talas a matarrasa, la apertura de pistas de saca y la extracción de biomasa mediante el desnudamiento de los suelos; establecer discontinuidades en su localización, y exigir distancias y servidumbres respecto a cabeceras, fuentes y manantiales, vaguadas, canales, ríos, laderas de fuerte pendiente, carreteras, caminos rurales y pistas forestales, núcleos habitados, crestas y líneas de cumbres, barrancos, áreas de pastos, espacios de valor agroecológico, bosquetes, paisajes relevantes y cuencas visuales de particular fragilidad y profundidad. Y paralelamente, fomentar la repoblación de especies autóctonas de alto valor añadido con un régimen específico de ayudas y la creación de un Banco de Crédito Forestal, y respetar y ampliar la vegetación natural, las praderas naturales y las vegas y mieses de vocación agroganadera y hortofrutícola. 

–Que estas actuaciones deben apoyarse con un proceso de información y participación institucional, ciudadana y pública para introducir las dimensiones ambientales, la rentabilidad social y criterios de protección del paisaje en los programas y contenidos de la Política Agraria Comunitaria y el Plan de Desarrollo Regional; de las leyes estatales, sectoriales o autonómicas sobre el Suelo, Montes, Aguas, Costas, Paisaje, Patrimonio Natural…; del Plan de Ordenación de los Recursos Naturales de Cantabria (PORN), del Plan Regional de Ordenación del Territorio (PROT), del Plan Forestal, de los Planes de Ordenación de los Recursos Forestales (PORF), y de las Certificaciones Forestales; y de las Ordenanzas Forestales y los planeamientos municipales impulsadas o protagonizadas por las distintas Administraciones –Unión Europea, Gobierno Central y Autonomías, Confederaciones Hidrográficas, Ministerios y Consejerías, Ayuntamientos, Juntas Vecinales…–, con la generalización de prácticas económicas y productivas que tengan que ver con la diversificación, la transformación y comercialización en los mercados locales, el desarrollo endógeno, las denominaciones de origen y la trazabilidad ecológica, la mejora de los vínculos entre oferta y demanda con una mayor equidad en el reparto de beneficios y la eliminación de las prácticas monopolísticas o de cártel de los intermediarios forestales y los fabricantes de celulosa, las compensaciones a los municipios por los rendimientos ambientales o a largo plazo de los recursos forestales, la reforma de las bases de las concentraciones parcelarias para el mantenimiento de las estructuras de mosaico y los paisajes de cercas…entre otras iniciativas.

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