Los pueblos alaveses buscan terrenos sin uso para instalar miniparques fotovoltaicos y una minicentral hidroeléctrica en un antiguo molino.ELCORREO10 11 2021

Más de 2.500 familias integrarán las primeras comunidades energéticas de Álava
Los pueblos buscan terrenos sin uso para instalar miniparques fotovoltaicos y Vitoria opta por tejados de grandes edificios

ROSA CANCHO EL CORREO Miércoles, 10 noviembre 2021,
https://www.elcorreo.com/alava/araba/2500-familias-integraran-20211110191604-nt.html

Los pueblos buscan terrenos sin uso para instalar miniparques fotovoltaicos y Vitoria opta por tejados de grandes edificios. Ya están aquí. Llegan a Álava las comunidades energéticas al amparo de las nuevas normativas europeas que por fin permiten que los particulares viertan a la red general energía generada por sus propias instalaciones. Los alaveses se asocian para construir pequeños parques solares y poder al menos reducir a la mitad el carísimo recibo de la luz. Existen ya proyectos avanzados que implican a más de 2.500 familias, sobre todo en el mundo rural. Seis juntas administrativas se mueven por su cuenta, la Diputación y el EVE tutelan el proyecto Ekiola en las seis cuadrillas del territorio y empiezan a subirse al carro de las renovables comunidades de vecinos, colegios, edificios públicos y empresas como las del parque tecnológico de Miñano o mercado de Abastos. Cuentan con subvenciones de las instituciones alavesas y vascas y se esperan también importantes aportaciones de los fondos europeos.

Lasierra, un pequeño pueblo de Ribera Alta de 15 vecinos, va a pasar a la historia de la lucha autóctona contra el cambio climático por ser el primero en intentar cubrir sus necesidades energéticas con las 76 placas instaladas en el tejado del depósito de aguas y un parking. Están en dos de los puntos más altos de pueblo y la idea es que se conecten a ellas la iglesia, las cinco casas del pueblo y el alumbrado.

En Vitoria, donde decenas de edificios disponen de instalaciones solares en sus tejados que les calientan el agua, un pequeño bloque de ocho vecinos en el barrio de Adurza del que es propietaria la empresa Legoi Pebal ha dado un paso más. De la mano de la cooperativa Ecooo, ha instalado 33 paneles fotovoltaicos en la azotea con el reto de producir 10 kilovatios de energía limpia. La producción diaria se repartirá entre los inquilinos y los gastos de comunidad y esperan poder llegar reducir hasta en un 80% su factura mensual.

Una central en un molino

Ya está también avanzado el proyecto de crear otra comunidad energética en la localidad alavesa de Trespuentes, en Iruña de Oca. Tras meses y meses de reuniones y trámites burocráticos, el presidente de la junta administrativa, Davide di Paola, se congratula porque la apuesta del pueblo por la «soberanía energética» está a punto de hacerse realidad. Explica cómo ha sido un proceso que ha entusiasmado «al 95% de los vecinos». Entre casas, establecimientos y locales públicos suman 140 contadores y han estudiado a fondo los recibos de unos 115. «La gente está muy quemada con el aumento de los recibos de la luz».

El pueblo ha reservado un solar de la junta en el centro de la localidad donde se instalará un parque capaz de generar unos 100 kilovatios. Esa energía se descargará en la red general y se les descontará luego a cada vecino en su recibo. Aunque el ideal es llegar a la autosuficiencia energética, Di Paola ya considera un gran paso llegar a cubrir entre el 40% y 50% de las necesidades de consumo del pueblo. La junta adelantará el dinero que coste la instalación, que contará también con subvenciones. Además Trespuentes ha logrado permisos para poner en marcha una minicentral hidroeléctrica en el antiguo molino romano junto al Zadorra y analiza cómo sacar más provecho de la biomasa. «Vamos poco a poco avanzando», señala con orgullo.

Las localidades de Ollávarre, Manurga, Castillo y Amárita se encuentran enfrascadas en planes similares y hay al menos vecinos de otra treintena de concejos interesados en formar parte de las cooperativas energéticas que se creen alrededor de las seis plantas que promueven la Diputación alavesa, el EVE y el Grupo Mondragón a través de la iniciativa Ekiola. Su directora, Amagoia Barandiaran, se halla ahora inmersa en el proceso de conseguir licencias, suelos, adhesiones de socios...

Encuentra «mucho interés» en los futuros beneficiarios de estos parques, un mínimo de 400 familias por cuadrilla. Un millón de euros. Según explica, los parques se instalarán sobre terrenos degradados o en desuso del ayuntamiento que se considere mejor ubicado. Medirán una hectárea, que es el tamaño necesario para montar los paneles suficientes como para generar un megavatio. La inversión necesaria ronda el millón de euros. Parte de los gastos se cubrirán con las subvenciones, pero hay otra parte que tendrán que abonar los socios, quienes asumirán también el mantenimiento. En unos años estará amortizada la inversión. Este tipo de plantas están pensadas para una vida de 25 años pero pueden generar energía durante 40. Las familias emitirán menos C02, tendrán una factura más reducida y más poder de decisión sobre lo que consumen.
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