Pero, ¿qué está pasando?. OPINIÓN. ¿Parque Natural o "Parque" industrial eólico?

Pero, ¿qué está pasando?
José Miguel Martínez Postigo y Fernando Merodio
Plataforma para la Defensa del Sur de Cantabria
"El modelo económico que domina el mundo ha resultado no ser el del "libre mercado" sino el del "capitalismo de compinches" (Naomi Klein)
Al ser humano no lo definen sus instintos, ni sus genes, sino su capacidad para decidir y ejecutar acciones que lo cambien a él o transformen su entorno; nos hacemos evidentes en tal disposición y en el ejercicio de la libertad para actuar sobre la realidad y convertirla en algo distinto, intentando mejorarla. La actual de falta de política y políticos nos permite vivir un colosal momento para demostrarlo.
Hace días, el pequeño Parlamento cántabro, apolítico, inane y caro como sabemos, analizaba la ilegal charca en que vive “lo eólico” y aprobaba unánime, monocorde, una moción reclamando el "cumplimiento escrupuloso de la legislación ambiental y energética en la tramitación de los expedientes de los parques eólicos”. Fastuosa burla. Pero, ¿qué está pasando?, ¿se ríen de nosotros o se han vuelto locos? Si el Gobierno incumple la ley -ellos lo dicen- deberían echarlo, sin utilizar la frivolidad amable del infame acuerdo de la nueva “casta”.
Desmenucémoslo. El 2 de junio de 2009, hace siete años, el mismo PRC-PSOE convocaba “concurso público para asignar potencia para instalar parques eólicos en Cantabria” y, urgentemente, adjudicaban tal potencia a los previstos, una adjudicación que, por ilegal, anuló el Supremo. Pasados siete años, no son capaces de iniciar, ¡es tan difícil!, la tramitación legal de un solo parque.
Anulado el concurso, el nuevo Gobierno (PP), cambiaba el nombre del descalabro, lo llamaba PSEC 2014-2020 y Ley eólica, aún más ilegal que lo anulado, diciendo que era una buena solución para ellos y, ¡sorpresa!, más barata para los beneficiarios del ilegal concurso, que ahora no pagarían ni un solo euro por el deterioro ambiental y los perjuicios a los afectados. Nuevo desfalco.
El concurso aparentaba adjudicar parques eligiendo entre varias ofertas y el nuevo trámite, sin siquiera esa apariencia, pretende que a los de siempre, a los del concurso, ahora se los adjudiquen en los despachos ¡Viva el libre albedrío y el libre mercado!
Hablan en el Parlamento de que anulan el P.E.Céspedes por “discrepancias” entre Medio Ambiente e Industria, pero no es cierto; no es sólo Céspedes, son también La Milla-El Horno, Somaloma-Las Quemadas, El Escuchadero, Peñas Gordas, Cruz del Marques,…, parques ilegales, cientos de Mw. que Industria tramita manu militari, como en la Dictadura, hasta el punto de que M.A. dice, como nosotros, que lo que hace Martín -Consejero de M.A. cuando el concurso y responsable de su nulidad- desprecia en el fondo y la forma las normas, incluidas las propias.
Rechazado como Céspedes por Medio Ambiente, La Milla-El Horno fragmenta ilegalmente un proyecto mayor, afecta al LIC ES1300013 del Río y Embalse del Ebro, espacio de gran valor ambiental protegido por Europa, e incumple las Prescripciones Técnicas y Ambientales para el desarrollo de los Parques eólicos, el propio PSEC
Proyecto de parque eólico La Milla-El Horno
Resulta ultrajante que dicho parque esté, además, proyectado en pleno corazón del recién iniciado PORN Monte Hijedo-Bigüenzo, que dice proteger los altos valores medioambientales de este espacio ¿Cómo es posible que en un territorio que dicen querer proteger por su gran valor ambiental Martín tramite un parque eólico?, ¿podría tratarse de la corrupción propiciada por la falta de planeamiento territorial, la ausencia del PROT del que ya no habla ni un solo partido? Podría ser.
En rojo límites propuestos para el futuro Parque Natural Monte Hijedo-Bigüenzo
Tan terco tesón político en incumplir las normas pudiera deberse: a la presión de quienes los mandan, al toque personal de Francisco Martín, político con reputación de “tecnócrata, hechos de lobista y afición a circunvalar sus propias normas, la dudosa independencia en estos temas de su entorno tecnológico/universitario y, fundamental, la permanente presencia de ese populismo que rodea a Revilla que, pese a las sabias quejas de los conocedores de la materia, empezó colando por la puerta de atrás la agresión perpetrada contra la historia de la “pax romana” y las “guerras cántabras” en Celada Marlantes, resquicio al “concurso” cerrado con estruendo por el Tribunal Supremo frente a la presión de notables multinacionales y, en lo de aquí cerca, del grupo que dicen de Manuel Huerta, ahora anónimo en Crossfield Engineering.
Se burlan de la información y participación política ciudadana que impone Aarhus, nos impiden ver los expedientes de 14 parques que dicen en trámite y, pese a solicitarlo insistentemente, no hemos podido hablar con Martín en su transitado despacho del Centro Tecnológico.
Dice Naomi Klein que "el modelo económico que domina el mundo ha resultado no ser el del "libre mercado" sino el del "capitalismo de compinches", es decir, el de los políticos que ceden la riqueza pública a los agentes privados a cambio de apoyo político", y se nos ocurre una solución a corto plazo. El artículo 140 de la Constitución acoge el régimen del Concejo Abierto, institución secular de derecho público, máxima expresión de democracia; el pueblo en asamblea permanente en defensa de lo común. Según Raymond Carr en “España 1808-1939, el Concejo “no solo ayudaba a los pobres sino que además ponía coto al hambre de tierras de los campesinos ricos” y advertía que el asalto a los bienes comunes es constante desde 1830, “cuando los propietarios acomodados trataban de forzar la venta de los bienes comunales”, algo que hoy es patente en el intento de reducir tales bienes -y los Concejos- a la mínima expresión y poder cometer tropelías como, por ejemplo, las de “lo eólico” o el fracking.

Orgullosos de que en el s. XIX escribiera Le Play que en la provincia de Santander los Concejos defendían las tierras como en “ningún otro lugar de la Europa occidental”, sería bueno potenciar esa fuerza histórica con conciencia de clase, humana estructura social que defiende lo común y ayuda a la mayoría a defenderse. Es urgente, más urgente incluso que lo del lábaro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario