Dado
que el día y la hora, domingo a las 17:00, imposibilita de facto nuestra asistencia a la Jornada de debate: el PNIEC frente a una transición ecológica y justa
y toda vez que la convocatoria nos han generado algunas dudas, os acompañamos
nuestras reflexiones a fin de que les sean remitidas, con nuestro
agradecimiento previo, a los firmantes del Manifiesto
para que sean conocidas y, si resultan de interés, debatidas en especial en el
apartado Modelo energético y producción
de energía renovable.
A
los firmantes del MANIFIESTO POR UNA
TRANSICIÓN ECOLÓGICA JUSTA
La
PLATAFORMA PARA LA DEFENSA DEL SUR DE
CANTABRIA, constituida en 2009, nº ______ del Registro Nacional de
Asociaciones, con ámbito nacional/estatal, San Vitores. Valdeprado del Río,
Cantabria, correo surdecantabrianatural@gmail.com y web http://www.surdecantabrianatural.blogspot.com/, se adhería en
diciembre pasado al Manifiesto para una Transición Ecológica Justa, para
expresar su oposición a continuar creciendo ilimitadamente y, por ello, iniciar
el abandono de la política de industrializar todo el territorio, cesar en la implantación
masiva de polígonos industriales gigantes para generar energía supuestamente
renovable y acabar con su control multinacional.
Tal
como entendimos hace el Manifiesto, nos
oponemos a la generación concentrada que controla -absolutamente- el capital y,
conociendo la dificultad, apoyamos la generación mayoritariamente distribuida y
el autoconsumo masivo sin límites, no como coartada/parche sino como
alternativa práctica al abuso actual.
Frente
a posibilismos tramposos que la Historia ha evidenciado solo generan melancolía
y fracasos, sabemos que el objetivo final de tales planteamientos, en principio
teóricos, deberá ser un debate sólido que desmonte los argumentos del poder de
pocos, capital, políticos y rémoras con forma de grandes burocracias sociales,
sindicatos, ecologismo caduco, ONGs,...
Sabemos
que, dada la desigual correlación de fuerzas y la actitud general, en especial
la de los que dicen estar de nuestro lado, el modo más eficaz para abrir camino
al cambio justo es, por poca cosa que pueda parecer y malas que sean las leyes,
hacernos fuertes en los tribunales con las armas de, por ejemplo, el Convenio de Aarhus, las Directivas, la Ley 27/2006,..., usarlas primero en el
campo de batalla que plantea la propia Administración y más adelante, de ser
preciso, en los Tribunales locales, estatales, europeos,..., por difícil que
parezca -y, en verdad, sea-, sabiendo que, además, la posibilidad de informar
en los medios, hoy, no existe; no hay libertad de expresión.
Decíamos
al -optimistas- adherirnos al Manifiesto
que, pese a nuestro acuerdo con él, desde el pesimismo de la razón, exigíamos -en
lo esencial- coherencia total con lo que dice y añadíamos que "estaríamos atentos a los nuevos 'compañeros
de viaje' que se quieran adherir, para mantener nuestra participación, hoy entusiasta,
(...)".
Nuestros
planteamientos nacen de luchas diversas contra el abuso de bancos, grandes
eléctricas y Administración -L.A.T. Soto Ribera-Penagos-Güeñes, "concurso eólico" en Cantabria,
intento de implantar cientos de aerogeneradores,...-, son fatiga y reflexión,
años de hábito práctico, lo que imposibilita que, a estas alturas, renunciemos
a ellos.
Entendemos
que es el momento de impulsar una transición energética justa, no la que,
simplemente, lleva de las fuentes de combustibles fósiles a otras de renovables
sino la del cambia el modelo energético, pasar del concentrado actual -de las
grandes empresas del oligopolio- al distribuido/descentralizado que, al menos
de modo parcial, guíen los ciudadanos, poniendo a su servicio la utilidad de
las generosas fuentes naturales de energía renovable, agua, viento, sol,..., de
todos que, bien usadas, son inagotables y permiten generar la energía que
queramos en todo lugar, siendo únicos “soberanos”.
Para
empezar, entendemos esencial impedir la implantación en el territorio común de
mega-infraestructuras energéticas -fracking, grandes polígonos industriales
eólicos y solares, tendidos de alta tensión, subestaciones,...- que dañan la
naturaleza, malgastan nuestra riqueza y perjudican nuestras vidas; hay que debatir,
definir y hacer público con la mayor difusión y detalle posibles nuestro modelo
energético, pues, de no hacerlo así, estaríamos perdiendo el tiempo o, aun peor,
haciendo el juego al poder del 1%.
El
modelo "mega, polígonos
industriales eólicos/solares, superredes de líneas de altísima tensión,
subestaciones,…, no va -por su objeto y coste de implantación- en la dirección
de la soberanía energética ciudadana sino que prorroga, apoya y potencia el
modelo concentrado tradicional:
·
Concentra
la generación en territorios concretos que sufren de modo agresivo y masivo sus
impactos negativos; se trata de territorios muy valiosos, alejados del lugar de
consumo, lo que exige grandes líneas de transporte y subestaciones.
·
Concentra,
dañino, la decisión de actuar y las ganancias de generar, transportar,
transformar, distribuir y suministrar en los pocos del oligopolio, causa del
caos actual; es tan grave la situación que el "progresista" ministerio para la transición ecológica de la
socialdemócrata ministra Montero nos ha dicho el 09/01/2020 por escrito,
textual, que "serán los promotores
quienes decidan qué instalación quieren construir; tecnología, ubicación,
potencia,..."; en esas manos estamos.
Si el sistema de
primas propició la corrupción y especulación rampantes que asolaron y asolan
Castilla y León, Castilla-La Mancha, Galicia, Cataluña, Valencia,...., es aun peor
el irracional de las subastas que, en lugar de Mw, vende -regala arbitrario-
territorio, nuestro casi único, vital patrimonio.
Es, pues, cuestión ineludible -previa a todo lo que queramos hablar-
ver si la implantación de mega-infraestructuras responde a necesidades
energéticas locales, regionales, incluso estatales ciertas y, en su caso, si su
inasumible coste/daño es técnica, social, humanamente justificado hoy o si, por
contra, atiende solamente a intereses de economía y estrategia del capital,
contrarios a los generales, lo que nos exige ser firmes en el apoyo revolucionario
a la generación distribuida y la acumulación eléctrica.
Un modelo energético sostenible, solidario y justo sólo puede
nacer de la generación descentralizada y distribuida real, del autoconsumo
masivo, de la producción eléctrica a pequeña y mediana escala que abastezca las
necesidades propias y cercanas, que adapte la distribución y el suministro a
esa nueva realidad y reduzca el consumo, favoreciendo una mayor eficiencia que
reduzca pérdidas en el transporte de la energía que nosotros, todos, decidamos generar;
es la única ruta hacia la soberanía energética ciudadana, basada en una electricidad
renovable asentada en iniciativas de
ciudadanos, pequeños ayuntamientos, asociaciones, cooperativas,...
El
torpe informe de la Comisión de Expertos que formaron ex-presidentes de REE y miembros
del staff de grandes corporaciones
eléctricas, impulsada para cocinar en la rebotica la Ley de Transición Energética y Cambio Climático, ya permitía
entrever a favor de quienes se quería “capitalizar”,
en el peor sentido, esa transición; sin siquiera necesidad de entrar a valorar
el contenido del informe.
Para
evitar tal tendencia, tenemos que ser protagonistas, participar de forma real, activa
en la imprescindible transición, de modo que la forcemos a caminar en dirección
que nos aproxime a la generación de -solo- la energía que consideremos
precisa y para ello, desde ya, empecemos a tomar parte en las decisiones
fundamentales que afectan a territorio y vida, para lo que es necesario y
urgente que cada uno deje constancia de su convicción sobre dónde está y, por
ello, haga pública su disconformidad -o no- con la sumisión expresa -la de los
grandes grupos del ecologismo prehistórico integrado- a la política de grandes
polígonos industriales eléctricos, eólicos y fotovoltaicos, o la de Greenpeace
a las interconexiones energéticas con otros Estados nacionales en base a
idénticos falaces argumentos (seguridad en el suministro, eficiencia
energética, impulso a las energías renovables,...) que los de Administración y
grandes empresas eléctricas.
Debe
ser, en especial, público y claro lo que sobre ello piensan las que hoy se
llaman grandes ONGs, presupuestos enormes, millones, subvenciones, cargos
institucionales, complicidad con quienes reparten,...; si somos honestos,
queremos ser políticamente eficaces y no derrochar nuestras limitadas energías
y tiempo, hay que entrar en un duro, realista -sin duda imprescindible- debate
a cara de perro, en el que, con la celeridad que demanda la urgencia de la
tarea que nos planteamos, decidamos si las elefantiásicas infraestructuras, las
interconexiones, los grandes corredores de transporte de energía eléctrica de
altísima tensión son o no son otra cosa que uno de los más agresivos y
evidentes instrumentos de bloqueo a nuestra actuación y consolidación del
sistema de generación oligopólica actual, al que, de ese modo, continuaríamos
sin acceder nunca.
Iniciativas
como el planteamiento expresado en el Manifiesto
de la Plataforma para una Transición
Ecológica Justa, por genéricas y poco concretas que fueran, nos parecieron serias
y urgentes, útiles para acabar con los engaños y acceder, de una vez por todas,
al camino que conduce a la igualitaria "justicia energética", pero exigen tener muy claro dónde
estamos y hacia dónde queremos ir cada uno, pues Administración y grandes
empresas avanzan a velocidad de crucero en su particular interés y camino,
pintando el artero trampantojo de un inane y -por su radical carencia de la información
y participación política ciudadana exigidas por el tullido Convenio de Aarhus- ilegal PNIEC;
no podemos perder nuestras escasas energías y tiempo, debemos evitar que nuestros
emboscados interiores y el enemigo real crezcan y, aun peor, generar una nueva y
destructiva frustración para la ilusión mayoritaria.
En
tal situación, recibimos una invitación a la "Jornada de debate: el PNIEC frente a una transición ecológica y justa",
de la que, junto a la imposibilidad de asistir que -para gente "ocupada de
provincias"- implica la convocatoria un domingo a las 17:00 horas, nos
inquieta, en especial, la insistente pretensión, de apariencia claudicante, de que
"las 5 grandes asociaciones
ecologistas" participen, como tales asociaciones y no a título
personal de los miembros que deseen hacerlo, en el debate, colaboren y
apoyen el manifiesto con el que, es evidente, no están de acuerdo.
Empezando
por lo último, parece voluntarista en
exceso que, si no lo han apoyado aun, esperemos que, organizaciones
elefantiásicas, puedan estar de acuerdo con él y, por ello, pensamos que no refleja
nada bueno que, por imprescindible que sea tener un buen lugar para reunirse,
la primera reunión para fijar las pautas de una "verdadera Transición Energética Justa" se celebre en la imponente
sede de quien públicamente-defiende -aunque
alegue querer intervenir en dónde se deben instalar- las grandes y muy dañinas
infraestructuras eólicas y solares, de transporte, transformación,...,
haciéndolo desde la lógica de la generación concentrada que mantiene el
oligopolio.
No
es razonable, pues, que quienes no se oponen a que una mínima minoría controle
la generación energética concentrada, defienden los grandes polígonos
industriales eólicos y solares en el territorio de todos, nuestros pueblos y
montañas, afirman, como han hechos en Cantabria hace días, que cuando más
grandes sean los aerogeneradores, mejor para todos y no se oponen a que quienes,
con dibujitos coloreados ad hoc que
difunden en sus medios ocultan sus destrozos, controlen la transición
energética, sean anfitriones de quienes buscamos que la situación cambie; insistimos,
no es razonable.
Con
precaución, entramos en un terreno -solo- de apariencia personal; más preocupa,
si cabe, que uno de los ponentes que en la Jornada
de debate lo abrirá con el Análisis
crítico del PNIEC y de la transición energética en España y coordinará,
además, la troncal ponencia sobre Modelo
energético y producción de energía renovable, núcleo duro de la cuestión
que nos afecta, sea un "experto" que en su curriculo exhibe muchos
años como consejero autonómico, secretario general técnico y delegado
provincial de industria, diputado en las cortes generales, concejal en más de
un ayuntamiento,... siempre con el energéticamente dañino, poco fiable PSOE,
además en una región, Castilla-La Mancha, y una provincia, Guadalajara,
acribilladas por el abusivo/corrupto atropello eólico, un dato que, siendo importante,
no es el más nos preocupa pues, desde 2010, ha sido también -no sabemos si lo
es- Director de Energía de Arnaiz Consultores,
empresa vinculada a la corrupción "Gurtel",
que intervino para el Banco Santander en el "pelotazo" de la
fraudulenta adquisición de los terrenos de su "sede financiera" en Boadilla del Monte, Madrid, también tramitó
ante las administraciones el proyecto de la muy "dudosa" concesión/regalo
a la Fundación Botín del mejor terreno en el puerto de Santander,..., un
historial al que une su abierta dedicación al "negocio" de las renovables Son todas -sin duda y por poco que
nos puedan gustar- actividades, en principio, legales, pero no son -al menos
para nosotros- un aval que genere confianza en quien, en la primera Jornada, va a analizar "críticamente" el PNIEC y, además, va a presentar, a todos
los firmantes del Manifiesto, la
propuesta -suponemos que- de los convocantes del Modelo energético y producción de energía renovable que
pretendemos.
Insistimos
en que no podremos asistir a la Jornada para, de modo personal, defender esta
nuestra opinión y, para acabar, admitimos que se han rebajado las expectativas que
nos animaron a, desde el objetivo esencial de la defensa del territorio, adherirnos
al manifiesto, os reiteramos que, como ya informamos a los promotores en un
anterior correo, sin contestación de ellos ni del ministerio, tenemos simplemente
alegado por escrito ante éste que el PNIEC
es nulo de pleno derecho por incumplir las exigencias del Convenio de Aarhus y la Ley 27/2006 y os agradecemos anticipadamente
la difusión de estas particulares reflexiones entre todos los firmantes del Manifiesto.
Desde
el pesimismo de la razón, pendientes de las conclusiones de la Jornada de debate, desearíamos recuperar
íntegro el constructivo y útil optimismo de la voluntad.
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