Jornada de Debate: el PNIEC frente a una transición ecológica justa. Plataforma ciudadana para una transición ecológica justa. 15/03/2020. Escrito Plataforma para la Defensa del Sur de Cantabria


Dado que el día y la hora, domingo a las 17:00, imposibilita de facto nuestra asistencia a la Jornada de debate: el PNIEC frente a una transición ecológica y justa y toda vez que la convocatoria nos han generado algunas dudas, os acompañamos nuestras reflexiones a fin de que les sean remitidas, con nuestro agradecimiento previo, a los firmantes del Manifiesto para que sean conocidas y, si resultan de interés, debatidas en especial en el apartado Modelo energético y producción de energía renovable.

A los firmantes del MANIFIESTO POR UNA TRANSICIÓN ECOLÓGICA JUSTA
La PLATAFORMA PARA LA DEFENSA DEL SUR DE CANTABRIA, constituida en 2009, nº ______ del Registro Nacional de Asociaciones, con ámbito nacional/estatal, San Vitores. Valdeprado del Río, Cantabria, correo surdecantabrianatural@gmail.com y web http://www.surdecantabrianatural.blogspot.com/, se adhería en diciembre pasado al Manifiesto para una Transición Ecológica Justa, para expresar su oposición a continuar creciendo ilimitadamente y, por ello, iniciar el abandono de la política de industrializar todo el territorio, cesar en la implantación masiva de polígonos industriales gigantes para generar energía supuestamente renovable y acabar con su control multinacional.
Tal como entendimos hace el Manifiesto, nos oponemos a la generación concentrada que controla -absolutamente- el capital y, conociendo la dificultad, apoyamos la generación mayoritariamente distribuida y el autoconsumo masivo sin límites, no como coartada/parche sino como alternativa práctica al abuso actual.
Frente a posibilismos tramposos que la Historia ha evidenciado solo generan melancolía y fracasos, sabemos que el objetivo final de tales planteamientos, en principio teóricos, deberá ser un debate sólido que desmonte los argumentos del poder de pocos, capital, políticos y rémoras con forma de grandes burocracias sociales, sindicatos, ecologismo caduco, ONGs,...
Sabemos que, dada la desigual correlación de fuerzas y la actitud general, en especial la de los que dicen estar de nuestro lado, el modo más eficaz para abrir camino al cambio justo es, por poca cosa que pueda parecer y malas que sean las leyes, hacernos fuertes en los tribunales con las armas de, por ejemplo, el Convenio de Aarhus, las Directivas, la Ley 27/2006,..., usarlas primero en el campo de batalla que plantea la propia Administración y más adelante, de ser preciso, en los Tribunales locales, estatales, europeos,..., por difícil que parezca -y, en verdad, sea-, sabiendo que, además, la posibilidad de informar en los medios, hoy, no existe; no hay libertad de expresión.
Decíamos al -optimistas- adherirnos al Manifiesto que, pese a nuestro acuerdo con él, desde el pesimismo de la razón, exigíamos -en lo esencial- coherencia total con lo que dice y añadíamos que "estaríamos atentos a los nuevos 'compañeros de viaje' que se quieran adherir, para mantener nuestra participación, hoy entusiasta, (...)".
Nuestros planteamientos nacen de luchas diversas contra el abuso de bancos, grandes eléctricas y Administración -L.A.T. Soto Ribera-Penagos-Güeñes, "concurso eólico" en Cantabria, intento de implantar cientos de aerogeneradores,...-, son fatiga y reflexión, años de hábito práctico, lo que imposibilita que, a estas alturas, renunciemos a ellos.
Entendemos que es el momento de impulsar una transición energética justa, no la que, simplemente, lleva de las fuentes de combustibles fósiles a otras de renovables sino la del cambia el modelo energético, pasar del concentrado actual -de las grandes empresas del oligopolio- al distribuido/descentralizado que, al menos de modo parcial, guíen los ciudadanos, poniendo a su servicio la utilidad de las generosas fuentes naturales de energía renovable, agua, viento, sol,..., de todos que, bien usadas, son inagotables y permiten generar la energía que queramos en todo lugar, siendo  únicos “soberanos”.
Para empezar, entendemos esencial impedir la implantación en el territorio común de mega-infraestructuras energéticas -fracking, grandes polígonos industriales eólicos y solares, tendidos de alta tensión, subestaciones,...- que dañan la naturaleza, malgastan nuestra riqueza y perjudican nuestras vidas; hay que debatir, definir y hacer público con la mayor difusión y detalle posibles nuestro modelo energético, pues, de no hacerlo así, estaríamos perdiendo el tiempo o, aun peor, haciendo el juego al poder del 1%.
El modelo "mega, polígonos industriales eólicos/solares, superredes de líneas de altísima tensión, subestaciones,…, no va -por su objeto y coste de implantación- en la dirección de la soberanía energética ciudadana sino que prorroga, apoya y potencia el modelo concentrado tradicional:
·         Concentra la generación en territorios concretos que sufren de modo agresivo y masivo sus impactos negativos; se trata de territorios muy valiosos, alejados del lugar de consumo, lo que exige grandes líneas de transporte y subestaciones.
·         Concentra, dañino, la decisión de actuar y las ganancias de generar, transportar, transformar, distribuir y suministrar en los pocos del oligopolio, causa del caos actual; es tan grave la situación que el "progresista" ministerio para la transición ecológica de la socialdemócrata ministra Montero nos ha dicho el 09/01/2020 por escrito, textual, que "serán los promotores quienes decidan qué instalación quieren construir; tecnología, ubicación, potencia,..."; en esas manos estamos.
Si el sistema de primas propició la corrupción y especulación rampantes que asolaron y asolan Castilla y León, Castilla-La Mancha, Galicia, Cataluña, Valencia,...., es aun peor el irracional de las subastas que, en lugar de Mw, vende -regala arbitrario- territorio, nuestro casi único, vital patrimonio.
Es, pues, cuestión ineludible -previa a todo lo que queramos hablar- ver si la implantación de mega-infraestructuras responde a necesidades energéticas locales, regionales, incluso estatales ciertas y, en su caso, si su inasumible coste/daño es técnica, social, humanamente justificado hoy o si, por contra, atiende solamente a intereses de economía y estrategia del capital, contrarios a los generales, lo que nos exige ser firmes en el apoyo revolucionario a la generación distribuida y la acumulación eléctrica.
Un modelo energético sostenible, solidario y justo sólo puede nacer de la generación descentralizada y distribuida real, del autoconsumo masivo, de la producción eléctrica a pequeña y mediana escala que abastezca las necesidades propias y cercanas, que adapte la distribución y el suministro a esa nueva realidad y reduzca el consumo, favoreciendo una mayor eficiencia que reduzca pérdidas en el transporte de la energía que nosotros, todos, decidamos generar; es la única ruta hacia la soberanía energética ciudadana, basada en una electricidad renovable asentada en iniciativas  de ciudadanos, pequeños ayuntamientos, asociaciones, cooperativas,...
El torpe informe de la Comisión de Expertos que formaron ex-presidentes de REE y miembros del staff de grandes corporaciones eléctricas, impulsada para cocinar en la rebotica la Ley de Transición Energética y Cambio Climático, ya permitía entrever a favor de quienes se quería “capitalizar”, en el peor sentido, esa transición; sin siquiera necesidad de entrar a valorar el contenido del informe.
Para evitar tal tendencia, tenemos que ser protagonistas, participar de forma real, activa en la imprescindible transición, de modo que la forcemos a caminar en dirección que nos aproxime a la generación de -solo- la energía que consideremos precisa y para ello, desde ya, empecemos a tomar parte en las decisiones fundamentales que afectan a territorio y vida, para lo que es necesario y urgente que cada uno deje constancia de su convicción sobre dónde está y, por ello, haga pública su disconformidad -o no- con la sumisión expresa -la de los grandes grupos del ecologismo prehistórico integrado- a la política de grandes polígonos industriales eléctricos, eólicos y fotovoltaicos, o la de  Greenpeace a las interconexiones energéticas con otros Estados nacionales en base a idénticos falaces argumentos (seguridad en el suministro, eficiencia energética, impulso a las energías renovables,...) que los de Administración y grandes empresas eléctricas.
Debe ser, en especial, público y claro lo que sobre ello piensan las que hoy se llaman grandes ONGs, presupuestos enormes, millones, subvenciones, cargos institucionales, complicidad con quienes reparten,...; si somos honestos, queremos ser políticamente eficaces y no derrochar nuestras limitadas energías y tiempo, hay que entrar en un duro, realista -sin duda imprescindible- debate a cara de perro, en el que, con la celeridad que demanda la urgencia de la tarea que nos planteamos, decidamos si las elefantiásicas infraestructuras, las interconexiones, los grandes corredores de transporte de energía eléctrica de altísima tensión son o no son otra cosa que uno de los más agresivos y evidentes instrumentos de bloqueo a nuestra actuación y consolidación del sistema de generación oligopólica actual, al que, de ese modo, continuaríamos sin acceder nunca.
Iniciativas como el planteamiento expresado en el Manifiesto de la Plataforma para una Transición Ecológica Justa, por genéricas y poco concretas que fueran, nos parecieron serias y urgentes, útiles para acabar con los engaños y acceder, de una vez por todas, al camino que conduce a la igualitaria "justicia energética", pero exigen tener muy claro dónde estamos y hacia dónde queremos ir cada uno, pues Administración y grandes empresas avanzan a velocidad de crucero en su particular interés y camino, pintando el artero trampantojo de un inane y -por su radical carencia de la información y participación política ciudadana exigidas por el tullido Convenio de Aarhus- ilegal PNIEC; no podemos perder nuestras escasas energías y tiempo, debemos evitar que nuestros emboscados interiores y el enemigo real crezcan y, aun peor, generar una nueva y destructiva frustración para la ilusión mayoritaria.
En tal situación, recibimos una invitación a la "Jornada de debate: el PNIEC frente a una transición ecológica y justa", de la que, junto a la imposibilidad de asistir que -para gente "ocupada de provincias"- implica la convocatoria un domingo a las 17:00 horas, nos inquieta, en especial, la insistente pretensión, de apariencia claudicante, de que "las 5 grandes asociaciones ecologistas" participen, como tales asociaciones y no a título personal de los miembros que deseen hacerlo, en el debate, colaboren y apoyen el manifiesto con el que, es evidente, no están de acuerdo.
Empezando por lo último, parece voluntarista  en exceso que, si no lo han apoyado aun, esperemos que, organizaciones elefantiásicas, puedan estar de acuerdo con él y, por ello, pensamos que no refleja nada bueno que, por imprescindible que sea tener un buen lugar para reunirse, la primera reunión para fijar las pautas de una "verdadera Transición Energética Justa" se celebre en la imponente sede de quien  públicamente-defiende -aunque alegue querer intervenir en dónde se deben instalar- las grandes y muy dañinas infraestructuras eólicas y solares, de transporte, transformación,..., haciéndolo desde la lógica de la generación concentrada que mantiene el oligopolio.
No es razonable, pues, que quienes no se oponen a que una mínima minoría controle la generación energética concentrada, defienden los grandes polígonos industriales eólicos y solares en el territorio de todos, nuestros pueblos y montañas, afirman, como han hechos en Cantabria hace días, que cuando más grandes sean los aerogeneradores, mejor para todos y no se oponen a que quienes, con dibujitos coloreados ad hoc que difunden en sus medios ocultan sus destrozos, controlen la transición energética, sean anfitriones de quienes buscamos que la situación cambie; insistimos, no es razonable.
Con precaución, entramos en un terreno -solo- de apariencia personal; más preocupa, si cabe, que uno de los ponentes que en la Jornada de debate lo abrirá con el Análisis crítico del PNIEC y de la transición energética en España y coordinará, además, la troncal ponencia sobre Modelo energético y producción de energía renovable, núcleo duro de la cuestión que nos afecta, sea un "experto" que en su curriculo exhibe muchos años como consejero autonómico, secretario general técnico y delegado provincial de industria, diputado en las cortes generales, concejal en más de un ayuntamiento,... siempre con el energéticamente dañino, poco fiable PSOE, además en una región, Castilla-La Mancha, y una provincia, Guadalajara, acribilladas por el abusivo/corrupto atropello eólico, un dato que, siendo importante, no es el más nos preocupa pues, desde 2010, ha sido también -no sabemos si lo es- Director de Energía de Arnaiz Consultores, empresa vinculada a la corrupción "Gurtel", que intervino para el Banco Santander en el "pelotazo" de la fraudulenta adquisición de los terrenos de su "sede financiera" en Boadilla del Monte, Madrid, también tramitó ante las administraciones el proyecto de la muy "dudosa" concesión/regalo a la Fundación Botín del mejor terreno en el puerto de Santander,..., un historial al que une su abierta dedicación al "negocio" de las renovables Son todas -sin duda y por poco que nos puedan gustar- actividades, en principio, legales, pero no son -al menos para nosotros- un aval que genere confianza en quien, en la primera Jornada, va a analizar "críticamente" el PNIEC y, además, va a presentar, a todos los firmantes del Manifiesto, la propuesta -suponemos que- de los convocantes del Modelo energético y producción de energía renovable que pretendemos.
Insistimos en que no podremos asistir a la Jornada para, de modo personal, defender esta nuestra opinión y, para acabar, admitimos que se han rebajado las expectativas que nos animaron a, desde el objetivo esencial de la defensa del territorio, adherirnos al manifiesto, os reiteramos que, como ya informamos a los promotores en un anterior correo, sin contestación de ellos ni del ministerio, tenemos simplemente alegado por escrito ante éste que el PNIEC es nulo de pleno derecho por incumplir las exigencias del Convenio de Aarhus y la Ley 27/2006 y os agradecemos anticipadamente la difusión de estas particulares reflexiones entre todos los firmantes del Manifiesto.
Desde el pesimismo de la razón, pendientes de las conclusiones de la Jornada de debate, desearíamos recuperar íntegro el constructivo y útil optimismo de la voluntad.  

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