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Mienten… y lo llaman progreso
Sin que nadie se lo pida, dicen que lo hacen por nosotros, pero mienten.
Afirman que la eólica es paradigma incontestable de energía renovable y, por ello, de progreso, pero no es cierto. Cada día son más las voces preocupadas por el medio y un futuro en avance que la ven técnica obsoleta, insostenible, muy cara, toneladas acero y metros cúbicos de hormigón que dañan territorios limpios, pistas de rodadura, líneas de alta tensión y subestaciones, grave impacto visual, no único como algunos frivolizan, también acústico y lumínico, polución por los lantánidos, las tierras raras de sus alternadores, inconstancia e inseguridad en el suministro, enormes daños en el desarrollo, en la implantación del hombre, el turismo, la historia y el territorio, la cultura, las explotaciones agrícolas y ganaderas, el valor de los inmuebles,… Enemiga del progreso de aquellos a quienes afecta.
El Gobierno al regularla dicta, impone, ilegales normas que anulan los Tribunales, lo hace, siempre, con prisas, sin seguridad júridica, sin defender a las víctimas, siervo del poder del rico. Con el apoyo cobarde de aquellos medios que, más que nunca, han caído en las garras del dinero; no ya por deber los créditos, sino porque los bancos hoy ocupan sus consejos de administración y deciden lo que se publica. Es la crisis, estúpidos.
La Asociación de empresarios que quiere traficar con viento negocia con el gobierno a espaldas de los ciudadanos; buscan salidas a su ineptitud rampante imponiendo criterios en el anteproyecto de Ley para el desarrollo eólico que a nosotros nos ocultan o en el nuevo Plenercan que no osan publicar por lo mal hecho que está, por lo ilegal que es y la falta de justificación que envilece sus propuestas.
Al tiempo que así negocian, dan vueltas a infumables recursos ante el Tribunal Supremo, sostienen que las siete zonas del anulado concurso son lo mismo que las tres del añejo Plenercan con el que el incapaz gobierno no sabe qué hacer y que sus 1.400, 700, o los que sean MW, son lo mismo que los 300 que asignan a Cantabria el Plan estatal de energías renovables o el propio Plenercan. Mienten sin duelo, aunque ya no se atreven a engañar con los puestos de trabajo que esa energía… crea, ¡casi ni uno!, ni tampoco con la riqueza que, al tiempo que a muchos daña, sólo va a sus bolsillos.
También intentan meter por la puerta de atrás nuevos parques aumentando, de forma ilegal, sus MW por encima de 50, para que quien tramite sea el Estado y ver si así nos la dan con queso. Son demasiado torpes para engañar a nadie que no sea partidario, ¡a saber por qué!, de dejarse engañar. O lo imponen porque sí o son unos incapaces.
REE sigue con las macrosubestaciones, las líneas de altísima tensión, 400.000 y 220.000 voltios, intentando colapsar Valdeolea, Valdeprado, Valderredible, todo Campoo, Aguayo, Molledo Portolín, Bárcena de Pié de Concha,… ¿Qué ha pasado con la urgencia, hace ya 25 años, de la tóxica Soto de Ribera-Penagos- Güeñes?
Como no quieren debate, no dan la cara, no se enfrentan a nosotros en público, tenemos que decirlo así, desgarradamente, pues como siempre, con el impagable apoyo inane de históricos de la peor destrucción, Manuel A. Castañeda al frente, tratan de engañar a todos, mienten… y lo llaman progreso.
José Miguel Martínez Postigo y Fernando Merodio
de la Plataforma para la Defensa del Sur de Cantabria
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