Una de las muchas consecuencias de los incendios forestales es su incidencia en el paisaje, generando eriales a su paso. Un desolador panorama que no hace sino realzar otra grave afectación del paisaje como son los molinos eólicos, que emergen como únicos sobrevivientes de las batallas incendiarias.
Amparados en la buena imagen que supone toda energía alternativa, nuestros montes empiezan a estar saturados de parques y alineaciones eólicas que difícilmente casan con el necesario equilibrio que es preciso guardar entre progreso y naturaleza, entre innovación y medio natural, ambos legítimos.
Además, frente a lo que ocurre por otras latitudes, en España se optó por el modelo intensivo, de modo que cada uno de ellos representa un nada despreciable consumo de espacio considerando la envergadura de los 150 metros de altitud que pueden alcanzar, desarrollo vertical al que hay que sumar el horizontal que representan el campo de acción de las palas, hasta llegar a superficies de hasta 150 ha, de clara incidencia en la avifauna, máxime en zonas migratorias.
Analizar los impactos asociados o provocados por estas instalaciones en la configuración de los paisajes naturales y exigir una relación coste-beneficio desde el punto de vista social son exigencias para la Administración.
http://www.elcorreogallego.es/opinion/ecg/rentabilidad-social-parques-eolicos/idEdicion-2013-09-16/idNoticia-826813/
Incendio provocado por un molino en Galicia
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