En esta entrada tocamos el tema de la inminente destrucción ecológica de la isla de Samotracia, con la construcción de dos parques eólicos compuestos por treinta y nueve aerogeneradores gigantescos. Sigue un comunicado relativo de la iniciativa de habitantes de la isla “Samotracia contra la construcción del parque eólico”.
Hace unos días nos informamos que en Samotracia, en Anemómetra y Luludi (Flor), en la cumbre de la segunda más alta de las montañas de la isla después de Saos, se instalarán tres y treinta y seis aerogeneradores respectivamente. Es decir, que nuestra isla se convertirá en una industria de fuentes de energía renovables.
Los grandes inversores Bóbolas y Kopeluzos, los cuales operan como mediadores de los colosos energéticos franceses y alemanes que tienen docenas de centrales nucleares en estos países, están intentando destrozar de manera irreversible nuestra montaña de vegetación arcaica y de belleza única, sacando partido de unas leyes aprobadas en 2014 y 2015, adaptadas a sus necesidades.
Para haceros entender el tamaño de la catástrofe, os decimos que para la instalación de los aerogeneradores gigantescos de 90 metros, se tendrá que abrir caminos de 30 o 40 metros de ancho hacia las cumbres. Una vez hechos los caminos, se construirán las bases de los treinta y nueve aerogeneradores. Cada una de ellas pesará 1,3 toneladas de cemento, o sea que se echarán 47 toneladas de cemento sobre las cumbres de las montañas. Esto significa la tala de todos los bosques de las montañas, que ya están sufridas del pastoreo excesivo durante muchos años. Con los caminos (pistas) franqueados se allanará el camino para la tala ilegal de los árboles de los bosques de las montañas.
También, debido a la instalación de estos aerogeneradores-clavos en el cuerpo de la montaña, se afectarán, directamente y de manera irreversible, los acuíferos, puesto que el agua de las precipitaciones no podrá penetrar la tierra. Esto perturbará (cambiará) el microclima de la isla, y tendrá consecuencias para toda la riqueza acuática de ella. Además, desde los sitios en los que se instalarán los aerogeneradores arrancará una red monstruosa de pilares de electricidad (de alta tensión), que llegará a la costa (al mar). Estos pilares son contaminantes, irradiando radioactividad, y además constituirán focos de incendios.
Por último, la misma historia en otros lugares del territorio del Estado griego (por ejemplo en Apopigad de Canea, Creta) ha demostrado que la instalación de aerogeneradores es el pretexto para la creación de plantas (complejos) híbridas (tras la realización de estudios medioambientales por lo menos sospechosas y de fiabilidad dudosa) con el fin de explotar los recursos acuáticos de la montaña, ya que estas empresas pretenderán chupar todos los recursos energéticos de la isla.
Y cuando hablamos de plantas híbridas, queremos decir plantas eólicas, hidroeléctricas, con grupos motobombas y con perforaciones en toda la montaña, en otras palabras un enorme charco de agua hecho para salvar el medio ambiente con una fuente de energía renovable más. El desarrollo verde, o sea el camino hacia el infierno, está pavimentado de buenas intenciones.
Hay que hacer totalmente claro que obviamente estamos a favor de la energía eólica y solar, y no nos deja indiferente el hecho de que Florina y Ptolemaida están siendo sacrificadas en aras de la producción de energía basada en el lignito. El término, sin embargo, desarrollo verde es por antonomasia contradictorio y engañoso. Porque será verde o desarrollo. Lo que quieren decir con este término, distorsionando la realidad y quitándole el significado que tiene, es la explotación cada vez más intensiva de todos los recursos que tiene este lugar, desinteresándose de las consecuencias medioambientales y de las sociedades locales.
Tampoco van a ofrecer puestos de trabajo a los lugareños, ya que sus equipos están especializados y por lo general son del país en que se han fabricado los aerogeneradores, o sea de Francia y de Alemania. Tras las palabras bonitas quedan ocultos unos negocios muy lucrativos, en perjuicio de la naturaleza, cuyos fines son la explotación de las materias primas y de los humanos.
Hablan de medidas compensatorias, cuyo fin será la división de la sociedad local, aplicando la táctica del «divide y vencerás», aprovechándose de los temas existentes de la supervivencia, que todos y todas confrontamos, y de los chantajes basados en ellos. Van a echarnos unas migas a cambio del saqueo de nuestra riqueza natural, la cual es nuestra montaña, nuestro aire, nuestro sol, nuestras lagunas y cascadas, nuestras fuentes termales y nuestras aguas.
Todo se hipotecará en el nombre del desarrollo, y una vez completada la obra, (los “inversores”) dejarán detrás de ellos un lugar arrasado, con su entramado social y económico destruido (agricultura, ganadería, turismo, mercado local).
Todo lo anteriormente citado no es alarmismo (catastrofismo), sino una imagen del futuro próximo. En las antípodas de la producción de energía masiva y desmesurada, hasta a estas alturas se pueden realizar estudios y se pueden instalar fuentes renovables de energía que cubran las necesidades energéticas de la isla, con pequeñas plantas en cada pueblo y de formas que respeten la naturaleza, los animales, los pájaros, la vegetación, y que no generen contaminación visual y sonora, que sean una propaganda positiva para la isla, protegiéndola, para entregarla mejor a las próximas generaciones y no como un El Dorado energético.
Iniciativa de habitantes contra la construcción del parque eólico “Samotracia contra la construcción del parque eólico”
24/07/2017, Publicado en Ecología, Movimientos sociales
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