Fuente: Informe Energía Eólica en Cantabria. CORE, octubre 2011
2.1. PANER 2011-2020: APORTACIÓN EÓLICA DE CANTABRIA(PLAN DE ACCIÓN DE ENERGÍAS RENOVABLES DE ESPAÑA)
España para dar cumplimiento a sus compromisos europeos en relación con el cambio climático ha aprobado del PLAN DE ACCIÓN NACIONAL DE ENERGÍAS RENOVABLES DE ESPAÑA (PANER) 2011-2020. La motivación y necesidad de este plan queda descrito y explicado en su memoria:
“La Directiva 2009/28/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 23 de abril de 2009, relativa al fomento del uso de energía procedente de fuentes renovables, fija como objetivos generales conseguir una cuota del 20% de energía procedente de fuentes renovables en el consumo final bruto de energía de la Unión Europea”;
“La Directiva establece la necesidad de que cada Estado miembro elabore y notifique a la Comisión Europea, a más tardar el 30 de junio de 2010, un Plan de Acción Nacional de Energías Renovables (PANER), para el periodo 2011-2020, con vistas al cumplimiento de los objetivos vinculantes que fija la Directiva”;
Se constata que la lucha contra el cambio climático corresponde a los acuerdos internacionales y en nuestro caso, a los del ámbito de los países europeos a los que vincula y obliga.
Estas previsiones y estrategias para las energías renovables, vinculantes para el estado español, son las que recoge el PANER 2011-2020 y son las siguientes:
Energía eólica prevista para el 2.020 en España es de 38.000 Mw (35.000 Mw terrestre y 3.000 Mw marinos).
Energía hidroeléctrica 22.362 Mw.
Para el conjunto de todas las energías renovables una generación bruta de 150.030 Gwh.
Con esta planificación, tomada dentro del contexto energético nacional, se da cumplimiento a los requisitos comunitarios y se engarza el sistema eléctrico español con la previsión hasta el año 2020.
Es a este esquema al que se deben adecuar las políticas energéticas de las distintas autonomías. Las comunidades autónomas tienen que adecuarse a las políticas energéticas del país so pena de desbaratar toda la planificación y estructura energética nacional. Entre otros aspectos, afecta al sistema de transporte y distribución eléctrica, a las primas a las energías renovables para mantener la electricidad dentro de unos parámetros competitivos para nuestras empresas o al funcionamiento de las centrales de ciclo combinado a las que se obliga a estar paradas porque sobra energía.
La energía eléctrica es un campo de ámbito nacional.
El gobierno de España ha reducido este año a 35.000 Mw la producción eólica prevista para el 2020 (30.000 terrestre y 5.000 marina); entiende que más energía eólica no es buena para el sistema energético y productivo del país. Incluso con las premisas del PANER, está previsto que España siga siendo un país exportador de energía, del orden de 25.000Gwh en el 2.020.
En el caso de Cantabria, que representa aproximadamente un 1% de España, tanto en territorio como en habitantes, le correspondería una asignación de energía eólica de 380 MW.
El PLENERCAN, pretende poner 2.000 MW en Cantabria, más del 500 % de lo que le correspondería.
Cantabria cumpliría razonablemente con los estándares de generación eléctrica del PANER con los 300 MW eólicos terrestres del Plenercan 2006-2011 vigente, los 500 MW de la eólica marina y resto de las energías existentes previstas en nuevo Plenercan 2011-2020; incluso sin contar con la ampliación de la central de bombeo de Aguayo.
2.2.- PROBLEMAS ENERGÉTICOS Y ECONÓMICOS DE LA ENERGÍA EÓLICA
2.2.1. DE PRODUCCIÓN: ENERGÍA NO PREDECIBLE
La energía eólica, por sí sola no sirve para dar servicio a ninguna fábrica o empresa, al no poder prever el suministro, es una energía complementaria, clasificada como NO PREDECIBLE.
El sistema eléctrico español, el de todos los países, tiene que estar diseñado para poder asegurarse poder cubrir las necesidades eléctricas en su nivel más alto de demanda. Para ello tiene que haber un sistema de generación tradicional (ciclo combinado, nucleares, térmicas…) que asegure en cualquier situación el suministro eléctrico. No se puede tener un sistema que no pueda abastecer de electricidad cuando sople poco el viento o no haya sol y no garantice el suministro de la luz a las viviendas o de energía a las industrias.
2.2.2. DE INTEGRACIÓN EN EL SISTEMA ELÉCTRICO
Hay que considerar que la generación eléctrica en general, y la eólica en particular, debe hacerse desde una perspectiva global dentro de la red estatal.
En concreto, la energía eólica no puede sobrepasar un cierto porcentaje de aportación al sistema eléctrico, ya que este no sería fiable en cuanto a seguridad de suministro, no sería sostenible.
REE, la empresa pública encargada de transportar la electricidad y que no haya apagones, en un informe realizado el año 2.010, a petición del Ministerio de Industria, y ante la proliferación de expectativas de renovables, concluye que para el año 2.014 “el ritmo de instalación de renovables propuesto” por el Gobierno” implicará la aparición de situaciones en que la producción no podrá ser integrada en el sistema, provocando un vertido de energía”.
Estas energías pueden incluso poner en peligro la estabilidad del sistema. A la vez, se prevé que las centrales de ciclo combinado existentes, tendrán que limitar su funcionamiento a 2.000 horas, la tercera parte de las horas anuales sobre lo previsto de 6.000 horas, porque, al tener prioridad las eólicas, no se podría consumir toda la energía que éstas pueden producir. Podría suceder que las eólicas, si no se reconduce su alocada carrera propiciada por las primas, no sean la solución al tema energético sino el problema.
Hay que tener en cuenta que el sistema energético no es una acción local, de cada autonomía; tiene que contarse con el resto de la situación energética del país. La energía eólica que se genere aquí, se tiene que verter a la red general eléctrica y de allí el gestor del sistema, Red Eléctrica de España (REE) la distribuye según las necesidades del país, a Cantabria, a Bilbao, a Madrid o a donde haga falta. La energía eólica, no puede ir directamente a las industrias ni a las viviendas.
2.2.3. DE COSTE ECONÓMICO: ENERGÍA CARA y PRIMAS
La energía eólica necesita tener prevista y preparada para funcionar otra industria de energía de reserva, fiable, que entre en funcionamiento cuando no sople el viento. Esto hace que, estas industrias en fase de apoyo, tengan que estar siempre en funcionamiento en modo “respaldo”, solo para entrar en red cuando haga falta. En ese estado su rendimiento baja ostensiblemente, con lo que su eficiencia energética disminuye, consume más combustible, emite más CO2 y aumenta el coste final de producción por KW/h. Así se cobra doblemente, por la energía eólica y por la energía de reserva.
Por otro lado, están las PRIMAS; según datos del propio Gobierno de España, con las instalaciones en funcionamiento y las primas comprometidas, el sector de las energías renovables va a percibir en los próximos 25 años más de 126.000 millones de euros, (más de 20 BILLONES, con B, de las antiguas pesetas).
Las compañías eólicas reciben unas primas de unos 38,29 €/MWh, cuando el precio medio la electricidad la paga el Estado a unos 74,07 €/MWh. Es decir las eólicas reciben como primas más de la mitad de lo que se paga la electricidad, un gran negocio. Para el consumidor una energía muy cara.
La propia presidenta de la Comisión Nacional de la Energía (CNE), declaraba en junio pasado, que para atajar el déficit tarifario, los 22.000 millones que se deben a las eléctricas “son necesarias medidas reguladoras adicionales entre las que no cabe descartar una nueva “moratoria” a las energías renovables. De hecho, entre las medidas que el gobierno de la nación pretende aprobar antes de que acabe la actual legislatura, proponen entre otras, la rebaja de las primas en un 40%, lo que a juicio de los promotores eólicos, será de facto una nueva moratoria.
Nadie se atreve a valorar cuánto cuesta al final el KW/h eólico.
El actual DÉFICIT DE TARIFA, lo que los españoles debemos a las eléctricas, por lo que todavía no se les ha pagado por generar la electricidad, es de 22.000 millones de euros, en su mayor parte debido a las primas a las renovables. Todos los españoles debemos a las eléctricas 3,6 Billones de las antiguas pesetas. Cada familia española adeuda a las compañías eléctricas más de 1.500 €, más sus intereses, que nosotros o nuestros hijos tendrán que pagar.
El diario económico EXPANSIÓN, en su editorial del 30-04-2010, El fiasco de las energías renovables, decía, en referencia a las industrias españolas “que se ha dado la voz de alarma sobre el proceso de deslocalización inducido por un coste de producción inasumible. Los costes energéticos triplican los costes laborales y, como admite el propio Ministerio, la factura energética para la industria española es un 17 % superior a la media de la UE. En otras palabras, una de las principales causas del déficit de competitividad de España se encuentra en su marco energético”.
Hay que tener en cuenta que para la industria básica (cementeras, metales, gases industriales, química básica o siderurgia), los costes energéticos son muy importantes en su producción. España se hace menos competitiva, en una parte importante, por culpa de las alocadas políticas con las renovables, lo que se traduce en mayor crisis y destrucción del empleo.
2.3. EÓLICA MARINA
Cantabria es una de las regiones españolas que dan al mar. La energía eólica marina, puede ser una buena solución alternativa a los problemas de la instalación de los aerogeneradores en tierra. El viento en el mar es más constante y más intenso, con un rendimiento energético superior en un 20% a la eólica terrestre. Está apoyada por países como Dinamarca y Alemania que aunque, por el momento, sea más cara tiene menos inconvenientes que la eólica terrestre.
La energía eólica marina lleva más de 15 años funcionando. Países como Dinamarca, Reino Unido, Holanda, Suecia, Bélgica, Irlanda, Finlandia y Alemania cuentan con parques eólicos off-shore. Actualmente existen 1.247 turbinas funcionando en 49 parques eólicos marinos.
Las previsiones para los próximos años son de instalar, sólo en Gran Bretaña, 40.000 MW, entre 20 y 30 km de la costa. Se está experimentando con aerogeneradores de 5 y 7 MW.
La costa de Cantabria tiene una pequeña plataforma continental y enseguida pasa a profundidades de más de 100 metros, por lo que las soluciones tienen que ir de la mano de aerogeneradores flotantes y posiblemente de sistemas de energía undeomotriz.
Ya están en funcionamiento aerogeneradores flotantes, alguno de hasta 2,5 MW y en profundidades de más de 200 metros (Hywind, Noruega) o parques eólicos en aguas profundas, en el Mar del Norte, a 45 km de la costa, con el problema del transporte de la energía resuelto (Alpha Ventus, Alemania).
Solo en España, el año pasado, había 37 proyectos para el desarrollo de la energía eólica marina, promovidos por las grandes empresas del sector Acciona, Iberdrola, Endesa, Unión Fenosa.
Parece que el futuro de la energía eólica esté en el mar. En este sentido sería razonable ir con mesura en la implantación de la eólica terrestre, preservando el territorio e ir desarrollando, al lado de los otros países europeos la eólica marina en nuestras costas evitando las afecciones negativas que tiene la terrestre. El viento no se acaba, pero el territorio sí.
2.4. FUTURO ENERGÉTICO
La energía eólica es una de las formas de producción eléctrica considerada renovable. La energía eólica terrestre, consume mucho territorio para cada megavatio que es capaz de producir. Ni llenando toda la región de aerogeneradores se podría solucionar la demanda energética.
El futuro energético próximo pasa por un mix de todas las energías renovables: solar, hidráulica, biomasa, geotermia, junto con las de generación tradicional, donde parece ganar presencia el ciclo combinado.
Para un futuro a medio plazo las expectativas están puestas en la energía de fusión, una forma de generación energética limpia, inagotable, sin residuos radiactivos, y abastecida con un combustible como el hidrógeno abundante y barato. Es la misma forma de generar energía que produce el sol.
Actualmente se está construyendo ITER, con participación de los países de la UE, EEUU, China, India, Rusia, Japón y Corea, construcción del mayor centro de producción de energía experimental del mundo con inversiones de 10.000 millones de euros y sus previsiones son de estar en plenamente operativo para el año 2.022 con vistas a la producción comercial.
Estas u otras tecnologías, como la solar de concentración, la del hidrógeno, las algas, que se están desarrollando, serán el futuro energético mundial. Entre tanto, a medio plazo, posiblemente la eólica marina y la solar sean las apuestas de desarrollo de mayor proyección.
También se está avanzando en los sistemas de transporte de la energía. La alta velocidad eléctrica es ya un hecho; mediante el sistema HVDC, se está transportando la alta tensión en corriente continua, reduciendo las pérdidas y disminuyendo los riesgos de caída de red y de apagones. Esto permitirá que pueda ser más rentable instalar las renovables, allí donde las condiciones medioambientales sean más favorables y suministrar la energía a los centros de consumo.
Del mismo modo, está en marcha el Proyecto Desertec, liderado por Alemania, en el que participan empresas españolas, para el desarrollo de la energía solar en el norte de África. Con unas inversiones de 400.000 millones de euros, aparte de suministrar electricidad a los países africanos, prevé que abastezca el 20% de la electricidad de Europa para el año 2.050.
Las previsiones de reservas fósiles, desde la perspectiva actual en el mundo son, que podremos contar con el petróleo hasta mediados de siglo, con el gas hasta el siglo XXII y con el carbón, podremos tener las reservas energéticas cubiertas más de 200 años, hasta entrado el siglo XXIII.
Lo prudente y razonable sería, teniendo asegurado los suministros energéticos de la región, ir empleando con mesura los medios de producción eléctrica menos agresivos, tanto desde el punto de vista climático como territorial, hacer el esfuerzo en el ahorro y siendo más eficientes energéticamente, mientras se van, vamos, desarrollando energías cada vez más limpias, más fiables y más económicas.
La energía eólica terrestre es impredecible, cara, de bajo rendimiento, consume desmesuradamente los territorios. La energía eólica terrestre no es el futuro energético. Presenta serios problemas en su instalación, tanto medioambientales como paisajísticos y hace que su empleo deba hacerse con cautela y rigor.
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