Fuente: Informe Energía eólica en Cantabria. CORE, octubre 2011
6.3. EMPLEO
Otro de los argumentos esgrimidos para la implantación eólica es la creación de puestos de trabajo.
Tendríamos que considerar, al igual que en el aspecto económico, que los empleos creados mediante el establecimiento de una actividad hay que compararlos con los que se destruyen y se dejan de generar por acción de esa misma actividad. Esta situación se plantea con el negocio eólico debido a que origina un paisaje y un medio ambiente degradados.
Los puestos de trabajo que se generan con la implantación de los eólicos se producen en su mayor parte inicialmente, durante el proceso de construcción e instalación en el terreno. Una vez acabadas las obras, sólo queda un reducido número de puestos de trabajo destinados al mantenimiento del parque y, posiblemente, a la recogida de aves muertas.
Los parques eólicos en Cantabria, sobre una potencia terrestre de 1.500 MW, van a generar unos 200 empleos estables, en mantenimiento y operación, de acuerdo a los cálculos de PANER.
Ajustando las sietes adjudicaciones, ya que concentra los parques de los distintas empresas en el mismo área, serán menos. Se puede calcular entre 125/150 los puestos de trabajo, en su mayoría no cualificado, directamente vinculados a los posibles parques eólicos en Cantabria.
La pregunta y estudio que habría que hacer sería entonces:
¿Cuántos puestos de trabajo se perderán o se dejarán de crear durante los próximos 20/30 años, por la afección al territorio de la desmesurada implantación de aerogeneradores que se propone?
¿Cuántos puestos de trabajo se destruirán o no se crearán, en veinte o treinta años de presencia desmesurada de molinos en las zonas rurales, tanto por el descenso turístico, como por la falta de rehabilitación y construcción de viviendas?
Asimismo, convendría recordar, como hemos analizado anteriormente, que la energía eólica, sostenida a base de subvenciones, resulta muy cara frente a otros tipos de producción eléctrica. Esto supone para un país que dependa desmedidamente de este tipo de energía, que sus industrias tengan que producir con altos costos, lo que redunda en una menor competitividad y, en consecuencia, una menor posibilidad de generar puestos de trabajo.
Según el informe de Gabriel Calzada Álvarez de la Universidad Rey Juan Carlos, cada empleo verde que generan las energías renovables en España ha necesitado subvenciones por valor de 571.138 euros desde el año 2.000. Como resultado, este despilfarro de recursos ha provocado LA DESTRUCCIÓN NETA DE 113.000 PUESTOS DE TRABAJO en la economía española, estimándose en 4,32 los empleos que se destruyen en España por cada megavatio verde generado por la energía eólica.
A finales del año 2.010 el sector eólico en toda España, con 20.676 Mw de potencia instalada proporcionaba empleo a 30.747 personas, contando empleos directos e indirectos (informe DELOITTE). Las previsiones para el año 2.020 con una estimación de potencia de 35.000 Mw es de 51.000 puestos de trabajo.
En Cantabria se ha llegado a decir que los 1.500 Mw adjudicados generarían 57.000 puestos de trabajo, en una región que posee 40.000 parados; es decir que no sólo se acabaría el paro sino que incluso serían necesarios 17.000 trabajadores de fuera de la región.
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