EPAW
COMUNICADO DE PRENSA
30 de diciembre de 2013
La eólica y el precio de la luz
Se han dicho falsedades, engañando al pueblo
La Plataforma Europea contra los Parques Eólicos (EPAW en inglés), que agrupa 644 asociaciones de 24 países, denuncia las falsedades que se están difundiendo acerca del efecto de la energía eólica sobre el precio de la luz.
El vendaval de Navidad provocó durante un par de días una caída de los precios en el mercado de la electricidad al por mayor (el “pool”).
Aprovechando la ocasión, la Asociación Empresarial Eólica (AEE) declaró a la prensa que “la fuerte participación de los molinos en la producción de electricidad y la caída de precios del 'pool' dejan "muy claro" el efecto abaratador de esta tecnología sobre el mercado” (1).
Pero es menester no dejarse engañar por este tipo de información incompleta, de media verdad, que puede dar a pensar que los parques eólicos hacen bajar el precio de la luz. En realidad, es todo lo contrario: cuanto más sopla el viento, más kilovatios produce la eólica, y más “primas a las renovables” cobran los empresarios eólicos. Igual ocurre con los dueños de plantas solares. Pero al estado español no le sobra dinero para pagarles, y lógicamente debería subir el precio de la luz en un 100% para poder hacerlo, como hicieron Dinamarca y Alemania. Así que a nuestros políticos se les ocurrió una idea: hipotecar el futuro, endeudar al país aún más bajo el concepto de “déficit tarifario”, que pagarán nuestros hijos y nietos, y que pesa sobre nuestro crédito internacional, o sea nuestra “prima de riesgo”. Y este déficit no deja de crecer - está ahora en unos 30 mil millones de euros - porque las primas fueron contratadas para 20 años.
Convenientemente, la AEE dejó de lado lo de las primas, y solo habló del precio del pool, o sea el precio que se paga el kilovatio a los productores de electricidad. Los dueños de parques eólicos también reciben este dinero, además de las primas que más o menos lo duplican (excepto durante esos ventosos días navideños, cuando la prima estuvo cuatro veces más cara que el precio del pool, este último estando muy bajo).
También olvidó decir ese lobby, que pasada la ventisca, han vuelto a subir los precios en el pool. O sea que se trata de hacer creer a la gente que la energía eólica es barata, basándose en tan solo dos días de tempestad y olvidando decir que las primas suelen duplicar el precio real del kWh eólico a lo largo del año (o triplicarlo, cuando se trata de aerogeneradores situados mar adentro - en Reino Unido por ejemplo).
Pero hay más pegas todavía. La ley da prioridad a la eólica (y la solar) en el pool. Esto significa que, cuando sopla el viento, las centrales de gas y de carbón tienen que bajar su producción. Pero no pueden apagar sus calderas: se les pide ser capaces de subir su producción al instante cuando afloje mínimamente el viento, porque el efecto resulta ser exponencial sobre la producción eólica.
Estas centrales, cuya producción está desplazada de por ley por la eólica, deben por fuerza impuesta:
· producir menos que lo previsto por su plan de gestión, a lo largo del año (salvo los días sin viento del todo), lo que afecta su rentabilidad;
· quedarse en estado de espera (“stand-by”), quemando combustibles sin retribución, para poder respaldar la eólica en el instante cuando baje la velocidad del viento;
· subir y bajar su producción mucho más a menudo, a lo largo del día, siguiendo (en sentido contrario) los altibajos del viento, para equilibrar la frecuencia en la red eléctrica – sino la alta variabilidad de la producción eólica causaría apagones múltiples cada día;
· además de producir menos, deben quemar más combustible por cada kWh producido al respaldar la eólica, compensando las variaciones del viento. Es igual que un coche en tráfico urbano: consume dos veces más con tal de acelerar, frenar y parar a cada rato. Y eso explica el porqué, en ningún país, las emisiones de CO2 han bajado gracias a la eólica (2).
Esta falta de rentabilidad de las centrales térmicas, siendo en la obligación de respaldar la eólica, hizo que nuestro último gobierno, en diciembre del 2011, les pago mil millones de euros para compensar estos gastos adicionales, y conseguir que sigan operando y respaldando la eólica.
Pero si el presente gobierno les niega cualquier compensación por este costoso papel que les pide desempeñar a favor de la eólica, estas “centrales de respaldo” deberán cerrar sus puertas por falta de rentabilidad. Entonces España estaría plagada de apagones, y sus industrias se marcharían.
No es de descartar que la subida exagerada en la última subasta trimestral del 19 de diciembre fuese causada por la falta de interés en perder dinero por parte de las centrales de respaldo.
Contacto
Mark Duchamp
Director General, EPAW
www.epaw.org
Referencias:
(1) - Europa Press: la eólica hunde los precios del mercado mayorista de electricidad
(2) – Der Spiegel: los parques eólicos matan al clima
http://epaw.org/documents.php?article=in25